Doukoré y Jason hunden a Las Palmas en descenso
Ayestarán seguirá una jornada más salvo sorpresa
La música de viento con la que la afición de Las Palmas despidió a su equipo, iras dirigidas especialmente contra el palco, no son un arrebato ni mucho menos pasajero, acaso un síntoma de una cadena de decisiones que tiene al equipo grancanario último y con una afición desencantada.
Sólido como una roca, sin grandes alharacas, el Levante se hizo acreedor de la victoria. Reinaba la calma en los primeros minutos, conscientes ambos equipos de la importancia de, al menos, no perder. Esperaban el fallo del rival más que el acierto propio, y la suerte casi le sonríe a los visitantes de no ser por la rapidez de Ximo a la hora de atajar una mala cesión de Lemos.
Soltó un latigazo el Levante cuando Morales remató fuera un excelente centro de Shaq. Raúl volvió a adelantarse a Ünal cuando todo apuntaba al 0-1, y de nuevo Ximo salvó el gol visitante.
Ocurre que Las Palmas apenas inquietaba a Oier porque Viera no entraba en juego. Hasta que entró, y de qué manera, En dos minutos, del 26 al 28, dio un pase de gol a Calleri, que arrancó en fuera de juego, y le lanzó una exquisita diagonal a Vitolo para que este conectara con el argentino, sin éxito, que en el 43’ remató manso a las manos de Oier cuando se cantaba el 1-0.
En el segundo acto, ante una deprimida UD Las Palmas, al Levante le bastaron dos zarpazos de Doukoré y Jason para ahondar todavía más en la depresión amarilla.