AS (Galicia)

La cuenta atrás

En un tiempo, el Barça borra del campo a un Athletic inane ● Alcácer marcó en fuera de juego

- SANTI GIMÉNEZ REPORTAJE GRÁFICO FERRAN ZUERAS, GORKA LEIZA Y RODOLFO MOLINA

Le bastaron 45 minutos para liquidar el compromiso ante el Athletic Club, al que fulminó por 2- 0 en una primera parte de monólogo absoluto que permitió una segunda de sesteo, que da origen a una cuenta atrás hacia el título. El Barcelona aprovechó la mediocrida­d del Athletic Club para irse al parón por seleccione­s con un liderato bien aferrado que determina que la Liga es una cuenta atrás. El partido se movió entre la superiorid­ad barcelonis­ta, que si hubiera necesitado seis goles los hubiera marcado, y un Athletic impotente ante la superiorid­ad culé.

La diferencia entre Valverde y Ziganda se fundamentó en que el primero apostó por lo seguro porque tiene la certeza de que los de siempre responden y los que entran lo hacen a cien por hora, mientras que el Cuco apostó por una alineación sin Aduriz ni Williams tratando de sorprender a un Barcelona que fue un rodillo.

Si no fuera por Kepa, un porterazo que marcará época, el equipo vasco podía haberse ido al descanso con un correctivo humillante. El portero primero paró una falta a Messi, es noticia, y luego se alió con los postes ante Coutinho y Paulinho en una primera mitad de un Barça que arrasó a un Athletic absolutame­nte lamentable. Los vascos demostraro­n en esos minutos que son un equipo sin horizonte. El dominio del Barça se materializ­ó a los 8 minutos con el gol de Alcácer, que jugó ( y cumplió de sobras) ante la ausencia de Suárez. Un tanto en posición dudosa pero que venía a certificar el baño de los catalanes a un conjunto sin alma y sin destino.

A la media hora de partido, con un Dembélé desatado dando asistencia­s a cualquiera que apareciera por ahí y retratando en cada carrera a los defensores del conjunto vizcaíno, Messi marcó el segundo tanto del partido.

El Athletic acabó la primera parte rezando y encomendán­dose a Kepa y a los postes, porque hasta Paulinho disparó, tras nueva asistencia de Dembélé, al palo. Que la primera parte acabara sólo 2- 0 a favor del Barça fue el mayor triunfo de un Athletic llamado a cambiar muchas cosas en la segunda si quería reivindica­rse.

Los vascos, picados en su orgullo, empezaron el segundo tiempo con mucho más brío. Ziganda dio entrada a Iturraspe por Beñat, y el Athletic fue un conjunto más competitiv­o ante un Barça que decidió gestionar una superiorid­ad futbolísti­ca innegable.

El Athletic elevó la presión ante un Barça que se sabía inmensamen­te superior, hecho que puede convertirs­e en una trampa para el que especula, pero si el rival es un torpe, nada hay que tener. El Athletic sacaba el orgullo ( lo único que le queda) y Valverde, que los conoce como pocos, sacó a Iniesta para compensar la recuperaci­ón del equipo vasco, que se estaba subiendo a las barbas del Barça.

Messi se tomó el segundo tiempo como un descanso y el Athletic dominó. Pero con una falta de calidad espeluznan­te. A los de Ziganda les sobró tanta actitud como talento les faltó en los metros finales. El Barça pensaba en las vacaciones antes de hora, pero se lo pudo permitir ante un rival más inocente que una bolsa de chuches.

Sin más problemas, el Barça condujo el partido hasta el final conservand­o su ventaja, que es una cuenta atrás hacia el título. El Barça se siente muy seguro.

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 ??  ?? SIN AGOBIOS. El tanto de Alcácer abrió la lata de un partido que el Barcelona ganó ante un rival que ha perdido cualquier horizonte.
SIN AGOBIOS. El tanto de Alcácer abrió la lata de un partido que el Barcelona ganó ante un rival que ha perdido cualquier horizonte.

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