Messi “Me inyectaba yo solo las hormonas de pequeño”
Messi ofreció una entrevista para el canal América TV, en el programa Cornisa, en el que hizo un recorrido por su vida desde su llegada a Barcelona hasta cómo espera que sea su último Mundial con Argentina.
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¿Es el de Rusia el Mundial de su vida?
—Hoy por hoy intento dejarlo al margen, aunque es complicado porque es un Mundial y cada vez falta menos. La cabeza ya sabe que está ahí y esto pasa muy rápido. Pero antes tengo la suerte de estar jugando cosas muy importantes en el Barcelona que me hacen centrarme en eso. Pero creo que en cualquier parte del mundo se desea que Argentina sea campeón y se me dé a mí ese título.
—¿Hay más vida que el fútbol? —Lo que más me hace olvidarme de todo es mi familia. En el momento que estoy con mis hijos, todo lo demás es secundario. La llegada de mi primer hijo me hizo cambiar y que no me centrara sólo en mi profesión. Obviamente no me gusta perder, pero me lo tomo de otra manera. —¿Cómo se lleva la fama? —Me lo tomo con naturalidad, aprendí a vivir de esa manera. Me gusta ser natural y no ir pensando y fijándote todo el tiempo en qué haces. Si no, te vuelves loco.
—¿Le gusta tener poder? —Sé que lo que digo se puede interpretar de muchísimas maneras. Por eso intento tener cuidado y no meterme en líos. No me gusta generar confusiones.
—¿Piensa en la retirada? —No me la imagino. Todos dicen que es muy difícil, tiene que serlo. No sé dónde viviré, si en Barcelona o en Rosario. Me gustaría vivir todo lo que hoy no puedo hacer por la profesión y por el día a día que tengo.
—¿Cómo ve a su país?
—Lo sufro, me da lástima verlo como está. El país, la inseguridad. Miro el día de mañana poder volver a Rosario y disfrutar como no lo pude hacer de pequeño. Me preocupa que te maten por un reloj, no poder salir a caminar porque te Messi reconoce que comió muy mal durante parte de su vida. El chocolate o los alfajores estaban en su dieta en el pasado y ya no. Cuenta que ahora come de todo pero de forma ordenada, lo que le hace sentirse mejor dentro del terreno de juego: “Tenía de todo ahí adentro. Con lo mal que he comido durante muchos años... Con 22 o 23 años no te enteras de nada, ni lo piensas. Comía chocolate, alfajores, gaseosa... Ahora como bien: pescado, carne, ensalada, verdura... De todo pero ordenado. De vez en cuando tomo una copa de vino. Siempre hay momento para hacerlo. Noté mucho el cambio, sobre todo en el momento del vómito. Se dijeron muchísimas cosas y al final me acostumbré a esto y ya no me ha vuelto a pasar”. pueden robar. Se debería poder vivir con tranquilidad y que los niños estén en la calle. Yo salía y no volvía hasta las nueve de la noche.
—Lloró con la final de la Copa América de 2016, ¿y la última vez?
—Fue un golpe duro. Lloré de alegría cuando nació Mateo. El nacimiento de Thiago fue complicado. Le encanta el fútbol y juega en la escuela que crearon para la gente del club. Siempre tengo presente a mi abuela Celia. También es por agradecimiento a Dios por todo lo que me ha dado en mi vida. —¿Será su último Mundial? —Es lo que sentimos esta camada que venimos jugando juntos. Hemos llegado a tres finales y no sirve de nada. Se dijeron muchísimas cosas de nosotros, y si no somos campeones se va a decir mucho más. Por eso sería el momento (…). —¿Está jugando de una manera nueva?
—Creces y aprendes. Antes cogía la pelota e intentaba hacer mi jugada. Hoy intento hacer jugar más al equipo. Ahora prefiero que pase la pelota por mí y no ser tan definidor. No soy tan egoísta cerca del área. Intento mover más al equipo desde otra posición. —La infancia no fue fácil, con el tema hormonas…
—Me inyectaba yo las hormonas cuando era pequeño, una vez por noche. Cada día me tocaba en una pierna. Empecé con once años, más o menos. No me impresionaba, al principio me lo hacían mis padres, luego aprendí. Era como un lápiz, pequeño. No me dolía y lo hacía con normalidad. —Decidió muy joven venir a Barcelona…
—Venir no me costó tanto. Mi hermana se volvió con mi madre porque no se adaptaba. Mis hermanos tenían cosas en Argentina. Me quedé solo con mi padre. Me dijo: “¿Qué hacemos?” Le dije: “Yo me quiero quedar, estoy convencido”. Veía que la posibilidad era real.
Mundial “Antes tengo cosas con el Barça que me hacen centrarme en eso”
Su estilo “Intento jugar más para el equipo, no soy tan egoísta”