Valverde no saca el látigo, pero pide cambio de chip
El técnico dio imagen de normalidad, pero medita cambios
Ni bronca ni reuniones ni golpes en la mesa ni gritos ni tampoco arengas. Nada de nada. El entrenamiento de este jueves fue definido por un miembro de la plantilla como “un día más en la oficina”. El entrenador Ernesto Valverde afrontó la sesión de este jueves con una extraña normalidad, sin buscar golpes de efecto o soluciones urgentes tras el desastre vivido en la Champions.
No obstante, la procesión va por dentro. “Hace semanas que al míster no le acaba de gustar mucho lo que ve en el vestuario y menos en el terreno de juego”. Una voz con conocimiento de causa pone un poco de luz a la eliminación del equipo de la Champions League. Actitud, ahí está la clave. El Barça, fuera de la Champions League, afronta una segunda quincena del mes de abril en el que debe acabar de abrochar el título de Liga y pelear hasta el final por la Copa del Rey ante el Sevilla.
El técnico blaugrana no quiso mover ficha…todavía. Quizás habrá que esperar al partido ante el Valencia de este sábado para comprobar ‘in situ’ si hay algún sacrificado de los futbolistas fijos tras la debacle en Europa. Jugadores como Samuel Umtiti, que ha entrado en una espiral de bajo rendimiento desde que se quejó por su renovación, o el mismo Andrés Iniesta, que
Señalados Umtiti tiene muchas papeletas para empezar en el banquillo
acumula muchos minutos y partidos, podrían entrar ya mismo en las rotaciones.
Esperando. Valverde aún no considera que sea necesario tomar medidas en su vestuario, consciente quizás de que el equipo está muy cerca de lograr un doblete, un éxito absoluto que ni la eliminación de la Champions podría difuminar.
Valverde ha sido hasta el momento un entrenador permisivo, dentro de unos límites. Ha dejado que el equipo se moviese a su aire, siempre bajo su control. Pero desde que el grupo regresó del parón de selecciones, la cosa no acabó de arrancar. Se vio ante el Sevilla, frente al Roma en el Camp Nou, ante el Leganés y el martes en el Olímpico (3-0), donde muchos acabaron por colmar la paciencia ante su entrenador. De ahí que Valverde, callado y reflexivo siempre, haya mantenido una serie de reuniones con algunos de sus ayudantes para expresarles su preocupación.