A Bernardo Salazar
Genio del dato y figura colchonera caminito del tercer anfiteatro
Estuve con él hace menos de dos meses. Él hacía saber su discrepancia ante el error con una contundencia inmisericorde, pero quería compartir alguna inquietud, hablar de futuro a favor de las rayas de su vida. En rojo y blanco.
ABernardo Salazar, el Historiador del Fútbol. Pelé, Di Stéfano, Cruyff y Maradona son los cuatro grandes. Pero de la era televisiva. Para ver a los grandísimos de antes hay que tener los ojos de Bernardo, y su corazón enamorado del balompié. Por el método de un cartujo infatigable, la memoria de un recaudador hebreo y el orden de un relojero calvinista, Salazar ha levantado un monumento al fútbol. Que no hace falta estar ahí abajo, verde y cal, para ser un elegido del balón.”
Ese párrafo recibe al lector de un libro que habla de música y de fútbol, y acompaña a Bernardo Salazar como definición, más allá de su paso por este valle con porterías, faltas, lesiones, partidos perdidos, ganados, y algún gol maravilloso: la vida.
Estuve con Bernardo en su casa hace algo menos de dos meses. Me pidió que avisara a Rafa Alique, director de comunicación del Atlético de Madrid, por si le cuadraba. Avisé y fuimos. A ver qué ha hecho Alique, me preguntaba, y la que le puede caer. No era Bernardo de carácter fácil, como casi todos los que dominan una materia mejor que nadie, y hacía saber su discrepancia ante el error con una contundencia inmisericorde. Nos encontramos un Bernardo aquijotado por la enfermedad, flaco, anguloso y con los ojos iluminados. Estuvimos un par de horas esa última vez. Fue inolvidable comprobar cómo su carácter se había dulcificado hasta lo emocionante; quería compartir alguna inquietud, sugerir, impulsar, a favor de las rayas de su vida. En rojo y blanco.
Nos habló de futuro, Bernardo. Como un humanista del Renacimiento sabía que después de su vacío físico iba a quedar para siempre la fuerza de su obra, historia casi matemática. Y un poco después, cuentan los suyos, sintió la llegada y les dejó una frase para recordar, alegres, siempre: “Me voy, pero lo último ha sido ganarles la copa de los campeones, esa supercopa, en la mitad de Europa”. Genio del dato y figura colchonera caminito del tercer anfiteatro.