Pablo Marí derriba la roca asturiana en el 94’
El Depor estrena Riazor con una justa y agónica victoria
El Deportivo, después de tres partidos en el exilio, se estrenaba en un Riazor en obras y lo hizo con una agónica victoria. Enfrente se encontró con un Sporting de pico y pala que no inquietó nunca a Dani Giménez y se dedicó a defender. Los de Baraja sobrevivieron con diez el último cuarto de hora y Mariño detuvo un penalti, pero los de Natxo encontraron premio a su superioridad con un gol en el último suspiro de Pablo Marí, un central que estrenaba titularidad. Fue agónico, fue justo. Tres puntos de confianza para un equipo que no pierde de vista la cabeza y que continúa invicto.
El duelo comenzó con los onces esperados. Continuidad en Baraja con Nacho como única rotación. Cinco caras nuevas en el equipo de Natxo en una revolución esperada. Tampoco hubo sorpresas en los planteamientos, con un Depor combinativo y un Sporting armado atrás en busca de las contras El resultado fue la planicie ofensiva hasta la media hora. Posible falta a Cofie en un robo que termina en un discutible penalti de Babin. Natxo, que los estuvo ensayando en la previa ante la baja de Quique, apostó por Didier Moreno. El colombiano, que estrenaba titularidad, se encontró con un Mariño que le ganó la partida.
Tras la ocasión perdida el Depor aumentó el ritmo, aunque los remates fueron más balas de fogueo que otra cosa. Poca producción local, menos visitante. Lógico, porque casi todos los futbolistas sobre el campo apostaron por la seguridad, por el riesgo mínimo, y así es casi imposible hacer daño.
Con diez. En el segundo tiempo el Depor subió una marcha y Carlos estuvo cerca de abrir la lata en dos ocasiones. Paso a paso, el acoso fue subiendo ante un Sporting que no miraba a Dani Giménez ni de reojo. Los asturianos se quedaron con diez a un quince minutos del final, pero a los de Natxo les seguía costando generar peligro. El Sporting aguantó y aguantó hasta que apareció Pablo Marí para rematar un preciso centro de Cartabia que hizo feliz a Riazor.
Dominio local El Depor controló y Dani Giménez fue un espectador más