Pablo Laso
Una eliminatoria a cinco partidos es una carrera de medio fondo en la que la táctica (también la de fuera de la pista) tiene su peso. El Madrid se apuntó el primer triunfo en un final en el alambre, con cuatro puntos de Campazzo en los últimos 80 segundos y una defensa del base a Langford, en el penúltimo ataque griego, que fue una obra de arte: cuerpo a cuerpo, con la posición siempre ganada y sin utilizar las manos. El Panathinaikos presentó una queja formal a la Euroliga, una manera de prepararse el terreno para la segunda batalla de este viernes y para la próxima semana en el OAKA. Langford reclamaba falta en la acción con el argentino: “Se mete debajo en el tiro y ocupa mi espacio al caer”. Las imágenes demuestran justo lo contrario.
Pese al ruido (“Con 2-0 será más fácil jugar en Atenas”, afirma Prepelic), las claves en la cancha se mantienen. Tanto el duelo de hace tres semanas resuelto por Rudy como el del miércoles fueron a 75 puntos. Son las dos defensas más efectivas de la Euroliga, pero en ataque el PAO deja que desear y al Madrid se le vio a ratos extraviado, sin referente y sin un tiro fiable. Ayón sufrió ante Vougioukas y Randolph y Thompkins no aparecieron. Sí lo hicieron Causeur (en solo 11:31), Tavares y, sobre todo, Campazzo y Taylor, que además frenaron a Calathes. El mejor pasador de la Euroliga (8,9 asistencias) solo da 4,3 ante los blancos este curso. No es casual. Segundo asalto.
Los jugadores están cansados, pero los veo preparados. El miércoles hicimos cosas bien, otras regular y algunas mal. El rebote, la defensa del uno contra uno, el ritmo y el porcentaje en los triples son aspectos a mejorar”.