Tamara Ramos
algunos momentos estuvo muy cerca. Siendo honestos y sinceros, la guerra RFEF-LaLiga ha impedido que, AFE por un lado y la Asociación de Clubes por otro, hayan empujado con la misma fuerza y decisión que hemos hecho UGT y nosotros. —Hay quien apunta que lo que piden para las jugadoras es exagerado ya que, supuestamente, la competición no genera tanto. —Las reivindicaciones de las futbolistas no sólo son legítimas, sino que también son sostenibles, sobre todo al amparo del fútbol profesional. De ahí que compartamos su hartazgo y entendamos su malestar. Así nos lo han transmitido y no nos extrañaría que estuvieran dispuestas a ir
a la huelga. —¿Y ustedes estarían dispuestos o es más bien un farol? —Si las futbolistas piden tomar medidas de fuerza, a Futbolistas ON no le va a temblar el pulso. Del mismo modo que durante este largo año hemos intentado por todo los medios que las negociaciones fueran lo más pacíficas posibles, nosotros creemos que si en la próxima reunión volvemos a levantarnos de la mesa sin haber llegado ya a un acuerdo, tocará hablar, ahora sí, de la palabra huelga. —Lo que faltaba... —No sería agradable. Y no por culpa de las jugadoras. Mientras unos se pelean por exhumar a Franco, otros queremos acabar con los dictadores de ahora. ¿Huelga? Igual es la única forma de acabar con ellos. —¿Por quién habla?
—No hace falta dar nombres. Todo el fútbol español sabe de sobra quiénes son los que nos están llevando a esta situación en la que, no sólo no avanzamos, sino que retrocedemos desgraciada y peligrosamente. ■ Es arriesgado decir a estas alturas que la situación de bloqueo que se vive en el fútbol femenino puede solucionarse el próximo martes. Para ese día hay fijada otra cumbre entre la Asociación de Clubes, AFE, Futbolistas ON y UGT. Tras las citas anteriores en LaLiga, CSD y hasta en el SIMA, esta vez se verán las caras en el Centro de Estudios Sagardoy. Sin embargo, en los últimos meses se han suspendido varias reuniones claves. Algunas por cuestiones de peso (reunión entre Asociación y RFEF) y otras por interés (“no puede ir nuestro abogado...”). Tamara Ramos espera que no haya más retrasos porque las jugadoras están de uñas: “En Futbolistas ON no gustó nada el último retraso. La Asociación lo dijo dos días antes. Cada parte sabe cuáles son sus prioridades”.
La parcialidad del 75% es la madre de todas las batallas: “Ése es el punto donde los sindicatos no podemos movernos. Tratan de encubrir el salario mínimo (quieren 16.000 euros brutos anuales). Una futbolista no sólo trabaja cuando entrena o juega. Está a disposición del club a jornada completa, ha de cuidar su alimentación, descanso, rehabilitación... Es decir, no se puede permitir entregar la posibilidad de pagar a la jugadora a media jornada (50%) como proponen”.
El interés de Liga y FEF no es el de las jugadoras. Si no hay un acuerdo...”
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