Alejandro Valverde “En mi currículum falta una medalla olímpica”
Alejandro Valverde cumplirá 40 años el 25 de abril. Abrió 2020 en la Challenge con un segundo puesto en el Trofeo Serra Tramuntana, y desde hoy disputa la Volta a la Comunitat Valenciana, donde tiene el récord de títulos (tres). Su objetivo este año está claro: los Juegos de Tokio.
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Esta temporada cumple 40 años. ¿No le da vértigo? —Dicho así impacta un poco, pero al final se trata de un número, porque la ilusión por el ciclismo sigue intacta. Eso sí, también debo ser realista y saber que pasa el tiempo, que acumulo mucho desgaste por la edad y por andar siempre arriba. Si no me sintiera al máximo y con opciones de disputar y aspirar a más victorias, lo habría dejado ya.
—¿Se encuentra preparado para el momento en que no consiga luchar por los triunfos? —Bufff, eso resultará muy duro. Aunque es ley de vida y normal que te supere gente de 35 o 25, cuesta aceptarlo y adaptarse a que te batan en competiciones en las que sueles desempeñarte bien por tus condiciones. Pero qué le vamos a hacer…
—¿Y listo para una infrecuente campaña con 14 fichajes? —Movistar tenía que realizar cambios después de un par de años en los que logramos buenos resultados, aunque a veces no funcionamos todo lo bien que deseábamos. Se incorporan 14 corredores, nos traen innovaciones en el material, Patxi Vila llega al staff técnico… Cuando se llevan a cabo transiciones así debes asumirlo con naturalidad y buena predisposición. —Usted ha contado con infinidad de compañeros en sus 18 cursos como profesional. ¿Alguna característica de alguno que destaque por encima? —Los cojones de Nairo, su fortaleza mental.
—¿Qué nos comenta del nuevo tridente de líderes: usted, Enric Mas y Marc Soler?
—Yo me siento contento, con ganas de ayudar a Enric y a Marc a que crezcan. Son dos chicos jóvenes, con margen de mejora. Continúo entre los que toman responsabilidades y me exigen, lo que me motiva. A ellos también se les pedirá dar un pasito al frente, y no me importará sacrificarme por el bien del grupo. Al final, disfruto de un palmarés bastante grande (con 128 victorias) y se trata de que triunfe el Movistar.
—Se supone que intentarán evitar los roces que se produjeron con Nairo y Landa.
—¿Y quién no discute en una convivencia, cuando se busca vencer y te ves envuelto en tensión? Éramos varios capitanes, claro que nos enfadamos, y se nos pasó. Por mi parte queda agradecimiento de compartir maillot con dos ciclistas excelentes, ojalá les vaya bien. Pero no mucho si coinciden sus objetivos con los nuestros (risas). —En su lista cada vez restan menos desafíos. ¿A qué apuntará en este 2020?
—A los Juegos de Tokio, sin duda. Me falta esa medalla en el currículum. Dispongo de etapas y de podios en las tres grandes, de clásicas, del Mundial… Supondría la guinda, además en mi quinta participación olímpica. —Con su gen implacable, ¿de verdad abandonará en el Tour para preparar los Juegos? —Una vez allí costará decidir. El Tour es el Tour, hay que honrarlo. Si pretendo rendir cerca de mi 100% en Tokio, seguramente lo mejor resultaría retirarse antes, descansar un poco, entrenarse y aclimatarse. Dios dirá.
—¿Y 2021 se convertirá en el año de su despedida? —Seguro. Ese y no más. Quiero cumplir dos temporadas al más alto nivel y marcharme. Entrar en el organigrama del Movistar tras colgar la bici también me ilusiona muchísimo.
Papel “Me siento con ganas de ayudar a Mas y a Soler para que crezcan”