Animados hacia Granada
El Athletic vence diez partidos después, en el aperitivo de la Copa del Rey El Villarreal, indignado con el VAR
EI Athletic, con cara copera, se dio una alegría antes del partido del año en Los Cármenes, en una semifinal que puede ser histórica. ¡Menuda ovación final de su gente para impulsarle en Granada! Su nefasta racha de diez partidos sin ganar llegó hasta ahí. Lleva tres meses sin marcar en jugada en su casa en Liga y sigue con una falta de calidad alarmante en los metros finales, pero nadie le quita ese gozo. Impulso anímico vital de cara al billete para La Cartuja.
En ocasiones como la de ayer de San Mamés, el resultado podría ser VAR 1-Villarreal 0, por ejemplo. El fútbol está
● cambiando. El colegiado cada vez es un elemento más decorativo ante la red de seguridad que les ponen. En Bilbao tuvo un triple impacto. Medié empezó a liarla en un agarrón de Trigueros a Muniain en el área que, de haberlo castigado, habría abortado los mil follones que vinieron más tarde.
Polémica. En el minuto 56, Raúl García embocó una pena máxima de risa, de esas que han metido al deporte rey en otra dimensión. Pau Torres tenía las manos atrás, guardadas por el miedo que suscita ahora ese ojo que todo lo ve. Hubo un centro y con esos brazos en jarra, la bola golpeó en el codo. O el internacional se amputaba sus extremidades o estaba muerto. Marcó Raúl perfecto.
Y solo un suspiro más tarde, una acción esta vez muy clara de once metros, resulta que no la vio el colegiado catalán, e hizo la clásica mueca de ‘sigan sigan’. Pero desde la distancia le advirtieron el gazapo. Un cabezazo claro de Iñigo Martínez golpeó en el brazo de Albiol, de espaldas, en este caso sí con una postura antinatural. Incomprensiblemente, se le negó el tiro a Raúl, que lo había lanzado magistralmente con anterioridad; se le entregó a Williams, que lo chutó mal. Asenjo se lo paró, y también el rechace del propio Raúl García. Ese fallo dejó tocados a los locales.
Cogió las riendas el Submarino. Pero el partido volvió a ser dinámico y con muchas ocasiones. En un precioso centro de Córdoba se lanzó en plancha Íñigo, el mejor de la matinal, para rematar como un jabato, pero de nuevo la adivinó Asenjo. Williams compareció en el 51’, desbocado, pero no le salían las cosas. Sancet y Capa pudieron poner la puntilla: ahí estaba de nuevo el meta amarillo, un coloso.
De inicio, jaleo: Muniain, Albiol y Raúl, con dolencias que parecían graves. Dos faltas durísimas con Cazorla por medio, primero como protagonista y luego como víctima. Y una ocasión clara de Gerard Moreno que taponó Unai Simón.