Pablo Laso

Pese a que la fotocopiadora estaba lista para sacar un calco de la final copera, no hay dos partidos iguales. Eso dicen y eso vimos en el Martín Carpena. Dos semanas después de la Copa y en un escenario muy cambiado por las bajas, el Unicaja tocó con los dedos la revancha. En realidad nunca fue por delante, ni un solo segundo, pero a falta de 1:25 igualó a 88 tras dos tiros libres de uno de los nuevos, el serbio Simonovic, y los mejores momentos de Gerun, que con movilidad y verticalidad encadenó nueve puntos en un suspiro y eliminó a Tavares. Era una oportunidad de oro para un equipo con cinco ausencias, dos fichajes y tres canteranos convocados de urgencia. Casimiro contaba con cuatro exteriores para tres puestos y los exprimió. La otra novedad, el bilbaíno Bouteille, apenas descansó (37:11 en pista) mientras que Adams (20 puntos en 33:50) y Brizuela (16 en 30) llevaron el peso de la anotación.

Al Unicaja le condenó no sumar en los 85 segundos finales mientras que Campazzo, al que Laso dio treguas a discreción con vistas al duelo de mañana en Milán, resolvió con cuatro tiros libres sin fallo. MVP en la Copa y decisivo de nuevo ahora.

Me voy contento de Málaga porque sabíamos que era un duelo complicado. Hay que darle mérito al Unicaja, que fue capaz de mantenerse en el partido con mucho acierto. Todos los jugadores que salieron al campo supieron buscar su momento defensivo y ofensivo. La alta valoración habla del buen trabajo en ataque.

En defensa no estuvimos tan bien por mérito del Unicaja. Fuimos dominando, pero la gente apretó y el rival también. Ellos lucharon hasta el final. Yo no lo veía ganado”.

Otra muesca en el arma de la pareja Facu-Tavares, aunque, en medio de las dos tandas desde la personal del argentino, Garuba (recuerden, aún 17 años) colocó un tapón de altos vuelos que cortó las alas a Adams y al Unicaja. Restaba un minuto y esa fue la imagen (la foto es de Mariano Pozo) que simbolizó la novena victoria blanca seguida.

Tavares ya no andaba en cancha, pero por segundo partido seguido fue el máximo encestador madridista (17 tantos, como Carroll, que arrancó fortísimo: 10 de salida). Edy se hinchó a colgarse del aro, hasta seis veces con varios pases elevados de Campazzo (11 asistencias).

Y volvemos a Garuba... un taponazo y mucho más. Laso apostó por él y por Reyes para sustituir a Tavares y el canterano ayudó en todo. Se llevó a casa el mejor +/- de la tarde: +19 con él sobre el parqué.

El pulso tuvo varios vaivenes y los locales fueron capaces de neutralizar una brecha de 16 (23-39). Primero se pusieron a tiro de dos (46-48) con un certero Waczynski quemando minutos con cuatro faltas y luego, tras haberse vuelto a descolgar (50-65), empataron a 88. Mucho mérito verde y más ante un adversario que dio 25 asistencias y solo extravió 3 balones. Números que dicen que el Real no perdió el norte en el último cuarto, sino que el Unicaja lo encontró.

Unicaja Los cuatro exteriores sanos sumaron 61 puntos

Tavares El pívot hizo seis mates y 17 tantos antes de ser eliminado