El Celta se da un festín
Roberto evita una goleada de escándalo ● Recital de Denis y Rafinha ● Nolito debuta con un tanto y una asistencia
Un excelso primer tiempo le bastó al Celta para liquidar al Alavés. Los vitorianos perdían 4-0 al descanso y el mejor fue su portero, Roberto, que realizó cuatro intervenciones antológicas. De no ser por él, el resultado hubiera sido todavía más bochornoso. El equipo de Óscar rozó la perfección desde el primer minuto, monopolizando la posesión, avasallando a su rival hasta dejarlo noqueado, inoperante.
El primer zarpazo llegó al cuarto de hora, cuando Murillo cabeceó a la red un preciso centro de Denis, quien ofreció su mejor versión de la temporada. Apenas cinco minutos después, una mano de Fejsa dentro del área permitió a Aspas resarcirse del penalti fallado hace cuatro días. La grieta se abría y el Alavés no reaccionaba.
Para colmo de males, Martín Aguirregabiria vio la roja directa después de realizar una temeraria entrada a Rafinha. El hispano-brasileño le pasó inmediatamente la factura con dos golazos en menos de un minuto. Primero recogió un servicio de Denis en la frontal del área, miró a la escuadra de Roberto y disparó un misil con parábola a esa zona. En la siguiente jugada volvió a golpear con su zurda, esta vez de volea. El único disparo del Alavés llegó al filo del descanso. Fue de Joselu, pero Rubén Blanco demostró que no se había enfriado viendo el partido desde la distancia.
Reestreno. El abultado resultado al descanso permitió un plácido reestreno para
Nolito. El sanluqueño demostró en su primera acción que su conexión con Aspas no está oxidada. Dibujaron una jugada llena de talento para asistir a Denis. Sólo Roberto impidió que llegara el quinto.
El meta ya no pudo hacer nada después ante Nolito en el duelo desde los once metros. Javi López arrolló a Kevin dentro del área y el sanluqueño aprovechó la ocasión para poner la guinda a su debut. Pero Nolito no se conformó y aún tuvo tiempo para inventarse una asistencia genial. Mina no desperdició el regalo y batió a Roberto en el mano a mano. Sólo faltó la Rianxeira para que el partido fuera perfecto.
Arrollado
El Alavés tiró la toalla antes del descanso; encajó cuatro goles en 41 minutos