AS (Galicia)

Joan Capdevila

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Joan Capdevila (43 años) analiza el partido de esta tarde desde la experienci­a que le da ser campeón del mundo y recuerda la derrota ante Suiza en Sudáfrica.

crea en ti. Tiene ese temple que tenía Luis de saber llevar todo y tener todo controlado y no creo que las cosas le superen. Es muy bueno para el grupo saber que el entrenador lo tiene claro, como le paso a Luis con el tema Raúl, por ejemplo. El jugador dice, ostras este es un entrenador que va a por todas y eso para el grupo es bueno. El ímpetu de Luis Enrique es bueno…

—Hablábamos del partido… —Son partidos que desde el calentamie­nto tienes que oler al rival. No esperar. Salir a marcar cuanto antes. No como nos pudo pasar a nosotros en el Mundial. Que pensábamos ya meteremos, ya meteremos, no metimos y encima ellos nos metieron uno. Y luego ya es tarde. De aquel partido de Sudáfrica de 10, ganamos nueve. La suerte es que entonces tuvimos margen de error, pero ahora ya en cuartos no lo hay. Puede que aquel día no saliéramos con la tensión necesaria. En la alta competició­n no puedes regalar ni 20 minutos. El rival te come. Tenemos la lección aprendida y los jugadores ya saben lo que se juegan. —Algún consejo de veterano…

— De lo que no tengo duda es que ellos se van a meter atrás, como los del 2010 y nos van a dejar la iniciativa del juego. Lo importante es que nosotros no tengamos errores de concentrac­ión. Lo normal es que tengamos un 70 por ciento de posesión y lo que tenemos que hacer es meterla. Ahora llevamos 10 goles en dos partidos, pero no olvido que si el día de Suecia el partido acaba 4-0, no hubiera pasado nada y no se hubiera montado todo lo que se montó, sobre todo en las redes sociales. Menos mal que en mis tiempos no había. En Sudáfrica no teníamos ni WhatsApp. A los jugadores solo les puedo decir que ahora es cuando el corazón se acelera, la adrenalina es diferente, te entrenas diferente, te viene como un subidón y según van pasando los partidos, más. Yo soy optimista, pero moderado. La euforia no me gusta. Me gusta buscar el equilibrio emocional. — ¿Y cómo fue el cambio de Luis a Del Bosque? ¿Dos caracteres tan diferentes, dos formas de ser tan distintas? —Te adaptas perfectame­nte porque los dos causaban entre nosotros el mismo respeto. Los dos tenían esa aurea cuando entraban en el vestuario e imponían. Cada uno a su manera. Ellos tenían poso. Y luego nos ayudó muchísimo que la esencia del juego era la misma. Vicente puso dos o tres retoques y lo demás era todo igual. Incluso diría que ganamos el Mundial jugando peor que la Eurocopa. Con el 1-0, 1-0, 1-0 y sufriendo muchísimo. No fue la superiorid­ad que tuvimos en las semifinale­s de la Eurocopa contra Rusia. No vivimos un partido así. No disfrutamo­s tanto, futbolísti­camente hablando. Era un matchball en cada partido. No podíamos fallar desde el segundo día. En la Euro jugamos mejor.

—Del Bosque siempre recuerda lo que le costó dejarle fuera del equipo. Siempre dice que en cada equipo tenía que haber un Capdevila.

—Es entendible que ya no me llevara a la Eurocopa 2012. Tenía 33 años, Jordi Alba venía bien. Yo contento por él, así tiene también una Eurocopa, sino lo tendría todo yo… (ja, ja ja). Cuando Vicente daba la lista de convocados o las alineacion­es y algunos se quedaban fuera lo sentía él más que los propios jugadores. Yo lo entendí. Es una persona con tanta bondad, que no le podías ni protestar.

—Un día Del Bosque le pidió ayuda…

—Sí, me sorprendió y me sentí más protagonis­ta de lo que podía esperarme. Antes de jugar contra Honduras. Lo tengo en la memoria. Fue en la merienda. Lo normal hubiera sido que hablara con Casillas o con Puyol, pero me vino a mí, que no era ni del Madrid ni del Barça. Yo no tenía los galones de esa gente. Me sentí hasta importante por un día. Quería que hablara con los más jóvenes, el partido era importantí­simo, había que ganar o ganar.

—A lo mejor a usted, en la Selección, le benefició no ser ni del Madrid ni del Barça. —Puede que sí. También estuve en el momento adecuado en el lugar adecuado. El segundo lateral izquierdo era Arbeloa que era diestro. Si hubieran estado otros compañeros, como en el 2006, a lo mejor me pasa lo mismo.

—En el 2006 se quedó a las puertas…

—Bueno ahí Luis me la jugó… bueno digamos que apostó por Pernía que no había ido nunca a ninguna convocator­ia y yo me había comido los dos años de clasificac­ión y luego no me lleva, pero bueno el fútbol es así. Pero, claro tenía 28 años y pensé que ya no iría a ningún Mundial y me iba a quedar con las ganas. Luego me llevó en el 2008.

—Al final hizo en la Selección una carrera buena y larga. —Al menos guardo un buen sabor de boca. Sin jugar en el Barça ni en el Madrid, jugar 60 partidos no está nada mal. No me puedo quejar. Lo que más valoro es que ahora que estoy retirado la gente hable bien de mí y valore mi trabajo. Siempre supe cuál era mi sitio. Mi rol. Acepté el rol que me tocó. Yo sabía que los primeros eran los del Barça y el Madrid y yo ayudaba en lo que podía. Yo sabía mis limitacion­es y mis defectos e intenté ayudar desde el primer día al último.

—Los principios no fueron tan buenos.

—No. Pasé por muchas vicisitude­s personales y como equipo. Conocí la Selección que no ganaba y la que lo ganó todo. Pasamos momentos malos… Tras perder en Suecia, jugamos un amistoso en Murcia contra Argentina y la gente nos insultaba en el entrenamie­nto. Nos ponían verdes y es que nadie quería ir a la Selección. Cuanto te llamaban decías…ufff y ahora sin embargo todo el mundo quiere ir.

En estos partidos como el hoy desde el calentamie­nto tienes que oler al rival” “Es muy bueno para el grupo saber que el entrenador lo tiene claro y tiene ese ímpetu” “Siempre supe cuál era mi sitio y mi rol en el equipo. Sabía mis limitacion­es y mis defectos”

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Joan Capdevila posa en la Ciudad Deportiva de Las Rozas.

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