Cuatro años con Murthy
El presidente del Valencia cumple una legislatura en el club sin inquietarse por sus numerosos detractores
Anil Murthy cumple una legislatura como presidente del Valencia. El 1 de julio de 2017 sustituyó a Layhoon Chan y cuatro años después ahí sigue. Los 1.461 días que lleva en el cargo le convierten en el presidente más longevo de la Sociedad Anónima Deportiva y el cuarto de la historia del club tras los 19 años de gestión de Luis Casanova y los siete de Ramos Costa y Arturo Tuzón. Pero Murthy no será recordado como ellos. No al menos por lo mismo que ellos.
Murthy se ha ganado detractores en Valencia al ritmo que Ibai Llanos seguidores en redes sociales, aunque ello no parece inquietarle. Según sus propias reflexiones y su manera de ver las cosas, la mayoría que están contra su gestión y contra la propiedad de Meriton Holdings son “falsos aficionados” y muchos de ellos creadores de “fakes news”. Pero los más de 7.000 manifestantes que asistieron el pasado 8 de mayo eran de carne y hueso.
Murthy está dejando para su legado gestos irremisibles, como mandar callar a la afición de Mestalla; decisiones controvertidas, como los 64 días que llevan capadas las redes del club y que impiden la interactuación de los aficionados, o frases irritantes, como la del “gato escaldado del agua fría huye”, en una carta como explicación del despido de Mateu Alemany y Marcelino.
La decisión de Lim de romper los pilares de un Valencia que acababa de ser campeón marca un antes y un después en la vida por Valencia de Murthy. De los días de vino y rosas, de noches de Champions y celebraciones coperas, a estar en zona de nadie y hasta coquetear con el descenso. Esto ha generado desafección de la afición y un inquietante empequeñecimiento estructural de un club histórico.
“Tienes que asumir que tu jefe no va a cambiar y tienes dos opciones: adaptarte o cambiar de trabajo”. La frase es de Murthy, quien se mimetiza con cada mensaje que le llega de Lim. ‘Vende, vendo; no fiches, no ficho’. Da igual que al técnico de turno le dijera Diego y luego digo. El Valencia dejó de atender a los códigos morales del fútbol. Quizás por eso Parejo celebró una Europa League a 60 kilómetros de Mestalla tras haberse ido gratis.
Pero Murthy es un empleado perfecto para Lim. De ahí sus cuatro años y más cuando la oposición a su gestión en Valencia es más ruidosa que acaudalada. Así, sin oferta real de compra, Murthy ejecuta el plan de Lim bajo el paraguas de la crisis y el mantra de un club “sostenible”, confiando en que con Bordalás lleguen los resultados.
Trayectoria
El máximo dirigente está dejando para su legado gestos irremisibles