El Skoda Octavia no tiene complejos
La marca checa del Grupo Volkswagen ofrece una berlina con muchos argumentos para convencer a compradores exigentes, desde la calidad hasta la eficiencia de sus motores
Puede sorprender que una berlina de más de 4,5 metros de longitud y 1.300 kilos recurra a una motorización de gasolina de solo tres cilindros y menos de un litro de cubicaje. La pregunta consiguiente apunta a si la combinación funciona. Y en el caso del Skoda Octavia la respuesta es indudablemente afirmativa.
Se debe considerar que se trata de un propulsor con el apoyo de un turbocompresor y de un sistema de hibridación suave de 48 V. La potencia obtenida es de 110 CV, que por supuesto dista de ser espectacular pero sorprende por las respuestas que ofrece con el nuevo Octavia.
El tricilíndrico del Grupo Volkswagen, a diferencia de otros de su estilo se muestra bastante silencioso y casi carente de vibraciones. Funciona en perfecta armonía con un cambio automático DSG de siete marchas, siendo la eficiencia otra de sus grandes virtudes, muy por encima de las prestaciones: es fácil obtener consumos en torno a los seis litros por cada cien kilómetros, un buen dato para un automóvil de sus dimensiones y peso.
La hibridación ligera ayuda en las arrancadas, pero sobre todo es valiosa para el ahorro la posibilidad de que el motor se desconecte en determinadas circunstancias, circular con la propia inercia del vehículo gracias a que el sistema mantiene el resto de las funciones operativas.
El interior del Octavia es amplio en todas sus cotas, incluyendo un maletero que es la referencia del segmento con sus 600 litros. La calidad de los acabados se alinea con la tendencia general de los últimos productos de Skoda, a un magnífico nivel aunque sin alardes innecesarios. En la versión Style no falta prácticamente de nada en lo que se refiere a equipamiento de confort, seguridad, asistencias a la conducción y conectividad.
En marcha se trata de un coche agradable de conducir. Acelera y corre lo suficiente para la mayoría, filtra bien las irregularidad del asfalto y permite rodar a buen ritmo sin sobresaltos. El dinamismo no es su principal virtud, aunque tampoco la prioridad de quien se decante por este Octavia.