AS (Galicia)

Territorio Verstappen

Max amenaza desde la pole con otra victoria en casa de Red Bull ● Norris es segundo y Hamilton, cuarto

- JESÚS BALSEIRO

Los 100.000 aficionado­s que visten de naranja en Red Bull Ring no pueden estar equivocado­s: esta es la casa de Verstappen, un toro enorme preside la colina de Spielberg y el RB16B manda, porque fue concebido para volar en esta clase de praderas. La sorpresa fue que otro espíritu naranja, el McLaren, se plantó en la clasificac­ión a sólo 48 milésimas del líder. Fue gracias a Norris, en otra tarde de sábado de ensueño por su parte que le reafirma como el mejor menor de 22 años que ha conocido esta parrilla en mucho tiempo y la gran estrella del futuro a una vuelta.

Saldrá segundo el inglés, por detrás del neerlandés, en una guerra que no es la suya. Voló en la Q1, Q2 y Q3, planteó batalla a coches más rápidos y se presenta en segunda línea por detrás de un Mad Max que empieza a acostumbra­rse a las poles. Esta es la séptima para él, cuarta esta temporada. El mérito de Lando es colarse en la fiesta de las bebidas energética­s, porque Pérez partirá tercero para defender un doblete en casa que sería histórico. Dos obstáculos entre el piloto que corre de local y Hamilton.

Porque Sir Lewis sale cuarto, seguido de su compañero y justo por delante de otras dos amenazas del espectro de Mateschitz, los Alpha Tauri de Gasly y Tsunoda. Si no remonta y se acerca al segundo puesto, al menos, Mercedes se puede marchar de Austria con los pómulos hinchados ante el derechazo que ya prepara Red Bull. En Silverston­e será otra cosa, no cabe duda, pero en Spielberg se corre dos veces. Y Verstappen puede ganar ambas.

No hubo españoles en Q3, por razones bien diferentes. Ferrari y Carlos Sainz apostaron por el neumático medio en la clasificat­oria intermedia porque si empiezan la carrera con la goma blanda, están perdidos. No salió del todo bien, el madrileño fue undécimo, pero saldrá 10º por sanción a Vettel, y Leclerc, 12º. Pero se presentan el domingo con posibilida­des con el mismo ritmo que asombró hace siete días. Correrán al ataque.

Bien Russell. Suena bonito ese discurso, y no es mentira, pero se coló delante un Williams, el de George Russell, también con la goma media. Y es doloroso que un coche sin puntos clasifique mejor que el Ferrari, aunque no es casualidad: en Austria se corre el 80% de la vuelta con el pie a fondo, apenas hay seis curvas completas (diez según los ingenieros), y todos los motores Mercedes excepto uno, el de Latifi, están en el top-10 de la parrilla.

Vettel también acabó octavo, pero le duro poco: fue sancionado con tres posiciones por obstaculiz­ar a Alonso en el intento final del asturiano en Q2. El enfado fue monumental, porque la acción además de tener consecuenc­ias deportivas, una eliminació­n temprana del Alpine, fue peligrosa.

El asturiano asombraba, había sido tercero en la Q1, pero se dio de bruces con el tráfico en sus dos intentos posteriore­s. Una lástima, porque compromete su carrera desde un retrasado 14º puesto. Difícil remontar con tan poco. Sin ir más lejos, su compañero Esteban Ocon fue 17º.

Españoles Sainz (10º) y Alonso (14º) se quedaron sin acceso a la Q3 definitiva

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