Lucha por el puestómetro
Pogacar lidera el Tour con una cómoda ventaja antes de la meta en alto de Tignes Mas: “Lo intentaremos”
Después de dos días de locos, en el Macizo Central y en la primera etapa alpina, la meta en alto de Tignes cierra hoy el fin de semana de los Alpes con cinco ascensiones muy exigentes: Domancy (de 2ª, 2,5 km al 9,4%), Saisies (de 1ª, 9,4 km al 6,2%), Pré (de categoría especial, 12,6 km al 7,7%), Cormet de Roselend (de 2ª, 5,7 km al 6,5%) y Tignes (de 1ª, 21 km al 5,6% y llegada a 2.107 metros de altitud).
La general quedó despejada de la gente que se metió en la fuga del Macizo y de “hombres pesados”, como se definieron Mathieu van der Poel y Wout van Aert… aunque el belga se agarra todavía a los puestos de honor, segundo a 1:48 de Tadej Pogacar. En el Jumbo apuestan por el joven danés Jonas Vingegaard, de 24 años y ganador este curso de Coppi & Bartali. “En la general marcha quinto, a cinco minutos del amarillo, y deseamos aportarle confianza para que coja responsabilidades en una ronda de tres semanas sin la baza de Roglic. Además, Wout contará
● con carta blanca para acabar lo más arriba que sea capaz”, explica Grischa Niermann, el director del equipo.
El Ineos de Richard Carapaz está llamado a probar algo para mover la carrera, salvo que se rindan con los 5:01 de déficit del ecuatoriano. A Carapaz no le gusta hablar “de derrotas tan pronto”: “Faltan muchísimas montañas por subir y en cualquier momento se pierde todo”. Eso sí, reconoce la superioridad de Pogacar: “Probé a seguirle cuando arrancó, y me dejó tirado”.
Lutsenko, tercero a 4:38, también se aferra a su buen estado, pero asume que “la sucesión de esfuerzos de alta montaña” le relegará en la clasificación. Urán, cuarto a 4:46, sin hacer ruido está en la pelea por el cajón de París, como en 2017 (segundo): “Dispongo de la experiencia para regular a lo largo de los 21 días de competición”. Sin grandes nombres como aspirantes al podio, el panorama no se le presenta mal a Enric Mas, octavo a 5:15, que necesita lograr diferencias de cara a la última contrarreloj: “Lo intentaremos”.