Monsieur Ricky Rubio
El base hace magia en París y, con 23 puntos, conduce a España al triunfo en un amistoso caliente ante Francia
tuvo que terminar por reconocer. La victoria de España (79-87), con un clínic del base de El Masnou pero con muchas más buenas noticias, sirvió en parte para quitar el mal sabor de boca de la lesión de Juancho pero, sobre todo, para desatar las expectativas con vistas a los Juegos. Con un Ricky en ese modo, y con ese séquito de superclases que se van a poner a su servicio, se puede soñar con todo.
Aunque luego las emociones del partido se lo llevaron todo por delante, la primera incógnita quedó resuelta en el quinteto inicial. Sin ser Juancho, Alberto Abalde tiene todas las papeletas para asumir, en parte, su rol. Sin tanta altura ni envergadura, sigue siendo un jugador muy versátil capaz de mantener el nivel físico. Jugador por jugador para no tocar muchas cosas, porque Scariolo ya tenía un modo de jugar en la cabeza y eso no variará. Eso sí, el maestro de Brescia multiplicó las variables durante el partido y repartió minutos y parejas interiores.
Pronto se supo que España quería el partido. Porque Francia se fue hasta el 17-8 y, en lugar de dejarlo correr, el Chacho y Willy se pusieron en faena y lo igualaron rápido. Willy también es una gran noticia. Ha aparecido ya como un jugador consolidado y está en una misión: partir la medalla para su hermano. Brizuela levantó la mano para pedir su oportunidad. Un microondas si es necesario. Francia se vio 36-45 al descanso. Subió la intensidad y martilleó con Gobert. El partido se calentó. Entonces, Scariolo sacó su as en la manga: Monsieur Ricard Rubio.