Un Betis sin gol y un Madrid sin Bale

Siete partidos a cero de los de Merino Jesé o James por el galés

Sevilla es la primera rampa, de pendiente media, para Zidane en su apresurado viaje en el Madrid. Sin Bale pierde casi una cuarta parte de los goles del equipo en la Liga y la armonía del tridente. Y pierde también el calor del Bernabéu, que acogió de buen grado su propuesta de volver a empezar. Y es que en el Betis la fe está muy por encima de los datos. 44.000 hinchas llenarán hoy el Villamarín creyendo en lo que se ve: el gol. El equipo verdiblanco es un tratado sobre la sequía: nadie ha marcado tan poco en la Liga (13 tantos), lleva siete partidos sin ver puerta y su único artillero, Rubén Castro (8 goles), acumula nueve encuentros sin premio. No gana desde el 2 de diciembre.

Esta colección de desdichas apiladas en el área y alrededores se llevó por delante a Mel cuando el equipo andaba cinco puntos por encima de la zona de descenso. Ahora llega Merino, cada día que pasa menos interino, que ha empezado por la fiereza. Le dio un punto en Villarreal y casi con los mismos,

Mezcla Isco y James sólo han jugado juntos 65 minutos en esta Liga

y con el mismo ímpetu, lo intentará hoy. Sólo entra Molinero por el lesionado Piccini y quizá le haga sitio a Ceballos, canterano tan prodigioso como inconstante. Al equipo le pedirán una estabilidad que el club perdió hace tiempo. El presidente, Ollero, estuvo en la puerta de salida esta misma semana por la última sacudida institucional y el director deportivo, Eduardo Maciá, tampoco sale del área ante las críticas por la construcción de la plantilla y por la falta de refuerzos invernales. Los malpensados creen que llegarán el lunes, como plan de escape en caso de derrota.

En el otro lado, Zidane, otra vez sin Sergio Ramos, queda obligado a manejar táctica y diplomáticamente la baja de Bale. Asentado Isco, es hora de conocer si James ha completado su reeducación (no acompañó su desplante ante el Sporting) o si pesa más el 43-3 que beneficia a Jesé. Isco y James han sido hasta ahora agua y aceite, hasta el punto de que en la Liga han coincidido 65 minutos y 138 en todo el curso. Ancelotti intentó evitar que resultaran excluyentes y se quedó a medio camino. Benítez nunca lo vio. Hoy sabremos si Zidane se atreve con tanto violín. Y si lo que suena le conviene a Karim Benzema, ahora que le ha cogido gusto al gatillo...