Rescates Messi
Horrible partido de los culés, que duermen líderes gracias a Messi El Málaga mereció mucho más
Tuvo que aparecer Messi entre las sombras de La Rosaleda para que el Barça se llevara los tres puntos en una actuación irreconocible del equipo de Luis Enrique, que vivió de dos acciones puntuales y se dedicó el resto del tiempo a achicar agua ante un Málaga que durante la mayor parte del partido le sacó los colores. El 1-2 final le otorga a los barcelonistas tres puntos de oro que de entrada le sirven para dormir líderes metiendo presión al Atlético y al Real Madrid.
Y es que el Barcelona hizo ayer méritos más que sobrados para perder un partido que se les había puesto de cara en el primer minuto cuando Munir, tras una jugada en posible fuera de juego de Suárez, puso en ventaja a los visitantes. En teoría, con el gol del joven delantero que sustituía a Neymar, el Barcelona había hecho lo más difícil: Ponerse por delante del Málaga, un equipo que tiene una producción ofensiva ínfima, lo que supone una ventaja que pocos equipos desperdiciarían. Pues el Barça demostró ser uno de la minoría que no es capaz de aprovechar tal ventaja.
A pesar de ir por delante, la defensa barcelonista se puso a temblar ante el coraje y la fe de los malacitanos, que hicieron del Bar- celona una máquina de perder balones en una sucesión de imprecisiones dignas de una feria. Festival de errores. Adriano y Vermaelen se llevaron la palma en un festival de errores que llegaron a desquiciar a un tipo tan frío como Bravo, que a los 14 minutos tuvo que lucirse a chut de Chory para evitar el empate. Desde el gol de Munir, el área barcelonista era Fort Apache asediado por los cuatro costados. Y la gestión del Barça al asedio era propia de una película de Cantinflas. Únicamente había un equipo sobre el terreno de juego y era el Málaga, que merecía el tanto del empate.
El fútbol hizo justicia en la enésima pérdida de balón blaugrana en la fase de construcción. Esta vez fue Mascherano el que dio el patadón sin sentido que facilitó la recuperación del Málaga que acabó con Juampi marcando un gol mientras los defensas del Barcelona caían a su alrededor como si fueran bolos. La baja de Piqué se descubrió como algo fundamental en defensa, porque sin el catalán no hay nadie que sepa leer un partido.
El Barcelona trató de recomponerse mediante el control del balón, pero nadie en el centro del campo barcelonista tenía las ideas claras como para imponerse al brío de los andaluces. Al filo del descanso, Messi tuvo el 1-2 a portería vacía, pero Torres, muy rápido, blocó su disparo. Hubiera sido una injusticia.
En la segunda, el equipo blaugrana se supo ordenar en torno a la pelota y el Málaga se resguardó. Fruto de este control llegó el segundo gol catalán. Messi puede perdonarte una vez, pero si le dejas un segundo remate en el área, por complicado que sea, te juegas el partido. El argentino cazó acrobáticamente un centro de Adriano, lo único destacable del brasileño. Pero ni así supo el Barça gobernar el partido y Bravo tuvo que intervenir para evitar el empate de un Málaga que nunca dejó de amenazar a un Barça al que Messi salvó de un naufragio en toda regla.