Ferrer, con arma nueva y recién casado ante Isner
En octavos con otra raqueta para “dar más salida a la bola”
Tras vapulear al californiano Steve Johnson (6-1, 6-4 y 6-4), David Ferrer (1,75 de altura, 33 años, número ocho de la ATP) aparecerá mañana ante otro estadounidense, John Isner (2,08, 30 años, número 112) en la que será su novena presencia en octavos de final del Abierto de Australia.
En la Pista 2, el gladiador de Xàbia galopó sobre Johnson con estampidas de locura (como la que dio el break definitivo en la tercera manga tras devolver desde las vallas tres remates del asombrado americano), firmó 4/9 en puntos de rotura y pasó la mopa a Johnson como si este fuera un felpudo.
Ferrer (16 veces en octavos en sus últimos 19 torneos de Grand Slam) ha ganado a Isner en seis de siete enfrentamientos... pero Isner sirvió ayer 44 saques directos para eliminar a Feliciano López en cuatro sets: 6-7, 7--6, 6-2, 6-4. “Necesito acortar los puntos, porque está claro que si hay rallys, peloteos largos, Ferrer va a dominar la mayoría de esos”, anticipa Isner
“El sacador más peligroso de todos y más difícil de restar es Ivo Karlovic; luego es difícil decidir entre Isner y Milos Raonic, pero es obvio que para res-
33 años “Quiero disfrutar cada día. Ya no me pongo tanta
presión”
tar esos saques tiene que ser por intuición y, si no funciona, aceptar la situación para ir a tope en el siguiente punto. Y en los tie-breaks hay que morder, pero yo tengo más presión sobre mi segundo saque que la que puede recibir un jugador del tipo de Isner”, analiza Ferrer. Cordaje. El alicantino se manifiesta “contento” con el reciente cambio de raqueta que ha afrontado: Babolat ha reemplazado a Prince. A finales de 2014, Ferrer ya había hecho otro ajuste y pasó a un sistema de cordaje híbrido, aunque en la tensión no ha cambiado. “Sigue siendo 23 por 22”, confirmó David a AS.
“La idea con mis raquetas y cordajes siempre ha sido buscar más salida a la bola, siempre para sumar. Quizá ahora es mejor cuando tienes el viento en contra. Pero al fin, ganar o perder no depende de la raqueta. Estoy contento y orgulloso de mi carrera. Quiero disfrutar de cada día y ahora no me pongo tanta presión”, resumió Ferrer. Casado bien recientemente, asegura: “Mi vida no ha cambiado lo más mínimo por el matrimonio, sigue siendo todo igual. Podría cambiar si vinieran niños, pero ahora mismo no los tengo en proyecto”.