‘Sí se puede’ en Orriols
Morales (2) y Deyverson pudieron con William (2)
Necesitaba el Ciutat de València un triunfo así, aunque le cueste años de vida a su sufrida parroquia. Sufrió de lo lindo para arañar tres puntos vitales que no le sacan del descenso pero que sirven para entonar bien alto el ‘sí se puede’. Abajo también se queda Las Palmas que reaccionaba bien a las embestidas granotas pero le faltó una marcha más arriba para pescar algo en Orriols.
Poco pasaba en la primera mitad, por no decir nada, más allá de las internadas de Morales. Sus centros no encontraban premio. Sólo uno que Camarasa empaló en el punto de penalti pero se fue muy desviado. Las Palmas, a lo suyo. Posesión y más posesión pero lo de entrar en el área ya si eso en otro momento. Wakaso probó un par de veces a Pedro López pero sin más recorrido que apurar la línea de fondo. Y en ésas, fue precisamente Morales el que desequilibró la balanza del lado granota tras recoger un balón que magistralmente de falta había puesto Verza en la escuadra de Varas, que llega a tocar, pero el palo favoreció esta vez a los azulgranas.
El tanto local no cambió el guión y los de Setién seguían con el balón en su poder, casi siempre con Valerón de por medio, y también de David Simón, que llevaba mucho peligro por la derecha. Y suya también fue una de las ocasiones más claras de los amarillos con un remate de cabeza desde el punto de penalti al que Mariño solo pudo hacer la estatua. Se fue por muy poco. Antes había sido Tana el que probó al meta azulgrana que taponó a bocajarro.
El segundo acto se resumiría en una sola palabra: emoción. O quizá, infarto. Los granotas se encontraron muy pronto con el gol de Deyverson pero como casi siempre no se habían todavía ni sentado los aficionados en sus asientos de la celebración y William José ya había acortado distancias. Por partes. Primero Lerma dejó solo a Dey ante Varas con un balón peinadito y el brasileño no faltó a su cita con el gol. Acto seguido, Simón la dejaba de cara al otro brasileño, el de amarillo, que la puso donde no llegaba Mariño. Il Bambino. Volvía la angustia a Orriols y la esperanza a Canarias. Pero de nuevo la conexión Deyverson-Morales sirvió para el doblete del madrileño que cogió la moto y se metió hasta la cocina para buscar el palo largo. Pero otra vez, cantada en defensa, Mariño y Feddal no se entienden en un balón que se pasea manso por el área y ahí un cazador como William no perdonó. Faltaba la guinda del pastel para los granotas: el debut de Rossi. Salió y la tuvo. Tras dos autopases se la sacó Varas. Luego tocaba defender y lo hicieron hasta amarrar los tres puntos.