SEIS TÍTULOS EN LA ERA ZIDANE
asistió a la degradación del United desde la posesión y acabó llegando de verdad con sus centrocampistas, con Casemiro en el centro del universo. Primero metió un cabezazo al larguero en un córner y después, quizá en fuera de juego, metió su izquierda de primeras en un envío largo e inteligente de Carvajal. Un gol que condecoraba su partido y que confirmaba que el Madrid es otro en días lectivos, especialmente en Europa.
Sólo entonces Mourinho activó la presión en campo contrario y disparó a Valencia, que entendió que Marcelo nunca fue tapón. No encontró rematadores, mientras el Madrid cambiaba de registro y se lanzaba al espacio. De Gea le quitó el segundo a Benzema antes del descanso y Lukaku, una pantera Con el de ayer, el Madrid de Zidane ya suma seis títulos desde que el francés cogiera la riendas del equipo el 4 de enero de 2016. En apenas un año y ocho meses el francés y sus pupilos han levantado dos Champions, una Liga, dos Supercopas de Europa y un Mundial de Clubes. que Mourinho descartó en el Chelsea y ahora ha comprado por 85 millones, se vio preso de Ramos.
Mourinho metió al joven Rashford e hizo contorsionismo en la alineación para afilar al United en un 3-4-3, pero por ese asa tampoco agarró el partido. En un minuto el Madrid acarició el 2-0. Y acabó consiguiéndolo en una pared Isco-Bale que abrochó el embrujo del malagueño ante De Gea. Probablemente acabará con la inviolabilidad de la bbC, una vez confirmado como galáctico.
El segundo gol del Madrid hizo demasiado largo al United, que comenzó a tragarse las contras cocinadas por Modric e Isco. En una Bale mandó la pelota al larguero, pero en un mal rechace de Keylor a tiro de Matic Lukaku sacó al United de su abismo. Para entonces Mourinho ya había metido a Fellaini para aprovechar la segunda jugada. La RAF sobrevolaba a un Madrid corto de piernas.
Zidane ventiló el equipo con Asensio y Lucas Vázquez, que firmó una jugada de colección, y acabó apelando a Cristiano, cuya mordedura suele resultar mortal, incluso con síndrome postvacacional. Keylor pagó su deuda ganándole un mano a mano a Rashford en los peores momentos del Madrid, cuando cojeaba delante y detrás. Pero sufriendo, en un fútbol de cuerpo a cuerpo que no le convenía, alcanzó tierra. Es costumbre en Europa desde siempre.