Otro título para el Barça sin oposición del Logroño
Un nostálgico Quijote Arena premió a los dos equipos
La nostalgia se apoderó de la afición manchega en la Supercopa, y se mostró más barcelonista que nunca (aquel rival a batir en los buenos años), aunque simpatizó más con el Ciudad de Logroño (el débil siempre arrebata sonrisas). Pero el estado cortés y educado del ambiente no influyó en el rodillo azulgrana, que suma y sigue: tacada de seis Supercopas seguidas (veinte en total), en la semana en que también conquistó el Mundialito.
En 30 minutos la final ya estaba decidida (17-11). Y, aunque este proyecto del Ciudad de Logroño tiene una pinta espléndida, da la impresión de que aún le falta equilibrio. Perdió tantos balones en la primera parte, que los azulgrana aprovecharon los regalos de cortesía para disfrutar de una situación de bonanza. En la segunda mitad, el Ciudad de Logroño arriesgó más, apostando durante muchos minutos por ataques con siete y dos pivotes. Le costó algún tanto directo (el portero Gonzalo Pérez logró dos de tres intentos), pero igualó el marcador. Y se convierte en una alternativa para la Liga: con una plantilla tan alto puede sacar partido con esa táctica si las continuidades son rápidas, si no bajan el balón al piso, si le meten celeridad al juego.
El Barça también probó, porque necesita que Raúl Entrerríos tenga descanso, y parece que la opción por ahora será Dolenec, por su versatilidad. El extremo zurdo Lenne se desempeñó como lateral, e incluso se introdujo una novedad defensiva en el 6-0: Sorhaindo y Borges en el centro, y Morros en el penúltimo. Vamos, que Xavi Pascual va mostrando algunas de sus muchas posibilidades. Sobre todo para jugar en la próxima Champions, la verdadera competición para los azulgrana, que saben que en España se tienen que esforzar, pero no con tanta contestación como hallan en Europa.
Portero goleador Gonzalo Pérez logró dos tantos decisivos