La Real regala la victoria al Zenit y alarga la crisis
Monopolizó la posesión, pero cometió graves errores atrás
Europa no admite tantos regalos como los que la Real concedió en el estadio Krestovski contra el Zenit. Concretamente, tres obsequios, tres errores defensivos inconcebibles, que le penalizaron de tal manera que su dominio de la posesión fue completamente infructuoso. Tres regalos, tres goles en contra, 3-1 al final. Todo cuadra. Y así se puede resumir el partido que perdieron los donostiarras en la segunda jornada de la fase de grupos de la Europa League.
El primer agasajo llegó, encima, demasiado pronto. Nada más comenzar el encuentro. No se había cumplido ni el minuto 5 de partido. Rubén Pardo quiso sacar la pelota jugada desde atrás, pero se la entregó a Rigoni en la frontal del área grande, con toda la ventaja para acomodarse y sacarse un disparo raso ajustado al palo de la portería de Rulli. Era el 1-0. Y el partido en el escenario más complicado del grupo acababa de comenzar. Los donostiarras quedaron tocados con esa errática puesta en escena, y los rusos lo aprovecharon presionando muy arriba su salida de balón, y con contras siempre con mucho peligro. Así llegó el segundo error. Otra vez una mala salida de balón. No se había cumplido ni la media hora de juego. Elustondo cedió mal desde atrás, robó Leandro Paredes, que mandó un balón largo a Kokorin, Rulli medió mal su salida, la pelota le pasó incomprensiblemente por encima, y el delantero ruso marcó a placer. 2-0. La montaña se hacía demasiado larga y empinada.
El Zenit se replegó bien en defensa y pasó a jugar de forma más descarada a la contra. Pero cada vez que robaba, en tres pases se plantaba delante de la portería de Rulli con peligro. Como el remate de cabeza de Driussi, o la última jugada de la primera parte, con el remate fuera de Kokorin. Era como un cuchillo cortando mantequilla. Llorente acercó la esperanza con el 2-1, pero cuando mejor estaba la Real llegó otro regalo.