Ibai llega en racha con cuatro tantos en los dos últimos partidos
Ibai Gómez se marchó del Athletic porque no tenía minutos y, además, se lesionaba demasiado. El de Santutxu reseteó su cabeza y, pedonando dinero a los bilbaínos, recaló en Vitoria para comenzar una nueva etapa en su vida. El año pasado su trayectoria estuvo marcada por su relación con Marcos Llorente.Se hicieron amigos íntimos, comían y cenaban juntos, y se convirtieron en dos apóstoles de la dieta paleolítica (sólo comían lo que se consumía en la Edad de Piedra). Eso unido a las visitas a un osteópata o a unos fisios han hecho que las lesiones habituales de Ibai sean casi historia.
La semana pasada fue la soñada para el vizcaíno. Marcó tres goles en apenas 20 minutos en Montilivi y también hizo el primero contra Las Palmas en Mendizorroza. Se los dedicó a su mujer Ingrid, que está embarazada de siete meses. Si consigue meter alguno en Madrid, se meterá el balón debajo de la camiseta a la altura del estómago o se chupará el dedo pulgar. “Cuando los consigo pienso en ella porque es la que me aguanta todo el año y es la que más mérito tiene. Creo que hemos mejorado y que hay que aprovechar el buen momento que tenemos. Con De Biasi tenía menos protagonismo por su sistema de juego pero ahora cuento con más minutos y me siento muy bien. Creo que al final nos salvaremos”, ha asegurado en los últimos días. El jugador vizcaíno es uno de los más implicados en el club junto a Manu García, que es vitoriano. Acude a actos sociales, visita colegios, da charlas, se le ve en los partidos del fútbol base o de las Gloriosas (conjunto femenino de Segunda). No sólo juega en la primera plantilla sino que se considera parte del club. Es el típico futbolista al que, cuando se retira, le llega una oferta para seguir vinculado en otros sectores. La afición lo adora... por algo será.