Anil Murthy escuchó a Mestalla
El Valencia, sus jugadores, llevan unos cuántos partidos preocupándose más de las decisiones arbitrales que de lo que ellos hacen. Estrada Fernández señaló dos penaltis a favor del Real Madrid que lo eran. El primero, tan claro como preocupante, porque un córner a favor de los ché se convirtió en un contragolpe de Cristiano Ronaldo que nadie supo frenar a tiempo. En el segundo penalti, el protestado, Montoya pecó de inocente, quedando siempre la duda razonable de si ese empujón a Benzema se hubiera pitado en cualquiera de las áreas. Lo que también fue una evidencia es que el 1-4 que reflejó el marcador fue desproporcionado, excesivo. Ni el Real Madrid mereció tanto ni el arreón del Valencia, cuando Carlos Soler entró en juego, tan poco. ¡Ese pie de Keylor a disparo de Parejo! Pero, en clave ché, la quinta derrota en siete partidos de Liga merece un análisis más allá del arbitraje, aunque con el Barcelona a cinco días vista, de inmediato deben olvidarse del Madrid.
De hecho, si de algo debe servirle al Valencia lo vivido ayer en Mestalla es precisamente para escuchar a la grada, a su público. En concreto, para que lo haga Anil Murthy. El presidente ha equivocado el tiro y ha convertido la ilusión por jugar una semifinal de Copa del Rey en una protesta por los precios fijados a sus abonados. Me consta que Murthy estudia fórmulas para dar marcha atrás al error cometido con esa política de venta de entradas. Hará bien en rectificar y más en aprender. El equipo de Marcelino necesita del aliento que le da Mestalla y, a su vez, sus abonados, un mayor respeto.