Castillejo hunde a Eusebio y catapulta al Villarreal
Hizo un golazo y participó en otros dos ante Lopetegui
Olvidada la plaga de lesiones y asimilada la marcha de Bakambu, el Villarreal por fin ha estabilizado sus constantes vitales y ya late como le recordábamos. Esta vez desfiguró a la Real con veinte minutos iniciales de altura. Aprovechó que enfrente se encontró un sistema suicida, con tres defensas, con el que Eusebio decidió tirar de valentía para dar respuesta a la crisis. El Submarino agujereó la portería de Toño Ramírez, un canterano de 31 años que había soñado durante toda su carrera con la idea de debutar en Primera y que ahora, después de hacerlo sentando por sorpresa a Rulli, sólo tendrá pesadillas con la experiencia.
A la Real le costó un mundo adaptarse a su nuevo dibujo. Pero si su equilibrio saltó por los aires fue, sobre todo, por la magnífica lectura de partido que hizo Calleja. El objetivo de dar un punto más de velocidad a su equipo tenía un fin claro: que el 3-4-3 de la Real en ataque no diera tiempo a convertirse en un 5-4-1 en defensa. Navas, Llorente e Íñigo Martínez lo sufrieron. A Januzaj, siempre en tierra de nadie, le retrataron. Castillejo, el español más parecido al rayo Di María, le dio la noche.
No podrán decir que el malagueño andaba crecido por la presencia de Lopetegui. Ha explotado mucho antes. Justo cuando ha entendido que los artificios deben ser complementarios y cuando se ha obsesionado con finalizar sus arrancadas. Su gol, el 4-1, encarando a pierna cambiada y soltando una rosca al palo más alejado, ya es una acción patentada que le está revalorizando. Ésa sólo fue la guinda. También ayudó a abrir el marcador (Víctor Ruiz) y a encarrilar la victoria forzando un fallo clave del portero que Fornals no desaprovechó. El 3-0 ensalzó a Ünal, con una gran asistencia, y a Bacca, que definió con clase.
La Real tuvo ratos en los que pareció regresar a la vida. El primer amago llegó con Llorente (3-1). Y el segundo coincidió con el 4-2 de Willian José. Fue un espejismo. El roto estaba hecho. El encanto de la Champions y el comodín del banquillo devolvieron el lustre al Villarreal y dejan a Eusebio, discutido, con una vida menos y una angustia más.
Real desbordada Jugó con tres atrás y Toño, portero de 31 años debutante