AS (Las Palmas)

Cuando sufrir es ganar

El Madrid fue mejor al principio y al final, pero padeció Cristiano marcó dos penaltis Obra de arte de Marcelo y Asensio Benzema se marchó enfadado

- LUIS NIETO

Mientras aguarda a la inspiració­n (y al PSG), el Madrid recauda fondos para la obra menor de no verse fuera de la Champions. Dos penaltis, una primera parte seria, un golazo de Marcelo y un estirón final le impulsaron en Mestalla, donde también se vio sacudido por algunas turbulenci­as. Al Valencia se le salió el corazón del pecho, pero no le alcanzó ni siquiera para empatar. Y al Madrid regresaron Modric y Marcelo, el centro y la periferia, para darle un triunfo analgésico muy exagerado por el marcador.

Fue un Valencia-Madrid mayúsculo, modelo premium, equipado con todo: intriga, entrega, buen fútbol a ratos, máxima energía, ardor guerrero y polémica arbitral. Desde su llegada a Mestalla, Marcelino se ha pasado al género de acción. El Valencia pega (en todos los sentidos) y recibe mucho, es el equipo pasional que llevaba tiempo en el subsuelo. Un arrebato delante y detrás. Y el Madrid clásico, el de la bbC, tuvo más cuajo de lo habitual en los últimos tiempos, en los que, a falta del informe forense, había muerto de éxito. Entre un buen principio y un buen final se abrieron algunos socavones, los que le tienen postrado en la tabla. Y en el centro de la escena, Estrada, que pitó un penalti claro de Montoya a Cristiano y otro más ajustado a reglamento del lateral a Benzema. Esas imprudenci­as de Montoya distanciar­on al Madrid e incendiaro­n la grada.

Marcelino montó un once buscando las partes blandas del Madrid. Doble lateral en la izquierda (Lato y Gayá) para desgastar a Carvajal, presuntame­nte abandonado por Bale, y Guedes en la derecha, ante un Marcelo a la deriva en los últimos tiempos, que no ayer. Mestalla lo desató. Con todo, el Valencia hizo sufrir al Madrid, equipo desacredit­ado sin la pelota, pero dejó terreno a su espalda. Y ahí tiene el equipo de Zidane un gigante dormido. De un córner lanzado por el Valencia llegó el 0-1. En una secuencia a cámara rápida Kroos-Cristiano-Marcelo-Benzema-Cristiano, el portugués fue derribado cuando encaraba a Neto, que ya se había enmendado antes al regalarle medio gol a Bale y quitárselo luego.

Sobre ese gol se columpió el Madrid un rato. Cristiano, sacándole todo el partido a la falta de pericia de Coquelin como central, tuvo el segundo. Pero luego regresó ese

Madrid que se para en seco y el Valencia, empujado por Kondogbia y Parejo, se envalenton­ó. Y entonces Montoya cometió la imprudenci­a de cargar contra la espalda de Benzema cuando el francés, el gran inmune, saltó a por un balón imposible. Penalti justito, segundo gol y mascletá en Mestalla contra Estrada, que no picó después en piscinazos de Parejo y Mina.

Con Soler mejoró el Valencia y entró en la pelea con un gol de córner, el segundo que encaja el Madrid en cuatro días. Se han ido el ángel y la atención. Sucedió cuando Mestalla y el Valencia empezaron a olvidar a Estrada, tras un ratito de histeria colectiva. Y cuando el Madrid, siempre tutelado por un gran Modric, empezó a partirse, contraindi­cación histórica del empleo de la bbC, que gandulea sin la pelota. Víctima del síndrome de las segundas partes, que no parece otra cosa que vaciado físico, el Madrid sufrió extraordin­ariamente, defendiend­o mal y atacando peor. Keylor, en figura, le quitó el gol a Parejo. Casemiro se desmoronó. Pero también fue cayéndose el Valencia, más con las llegadas de Lucas y Asensio. El cambio enfadó inexplicab­lemente a Benzema. Lo pedía a gritos. Y en una jugada de videoteca Marcelo-Asensio el brasileño bajó el telón y Kroos adornó el cierre de un partido de cuerpo entero que masajeó el ánimo del Madrid.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain