El fútbol sala mundial tiene envidia sana
La Copa de España es una competición apasionante, muy diferente a la Liga, donde los ocho equipos parten como favoritos y se dan partidos con espectáculo y tensión hasta el último minuto. Por muy grandes que sean el Movistar,
ElPozo o Barça, estoy convencido de que ninguno está pensando más allá del primer partido, porque no son pocas las veces que se han visto sorprendidos. Es un torneo que viví en mi etapa como jugador en la LNFS desde dentro, pero entonces uno no lo valora. Es ahora, desde fuera y desde el extranjero, cuando uno se da cuenta de su verdadera dimensión. También es verdad que, cuando yo vivía en España, por la situación del fútbol sala, que estaba decayendo, y del propio país, era impensable ver una Copa en el Palacio de los Deportes de Madrid como la que vamos a disfrutar a partir de hoy.
Eso también me lleva a pensar en el gran trabajo que ha hecho la LNFS, con Javier Lozano al frente, para convertirse en la referencia mundial en este deporte. Hoy podemos decir que todos los que estamos vinculados al fútbol sala en el mundo sentimos envidia sana de esta Copa en Madrid. No he dudado en ningún momento que merecía la pena venir desde Argentina para asistir en directo. También porque somos conscientes de que España ha abierto el camino a muchos, y que ha influido mucho para que este deporte se esté extendiendo. Sólo hay que ver nuestro ejemplo, en
Argentina, donde no sólo se trata del Mundial que conseguimos en 2016, sino que más que pasos, estamos dando saltos hacia adelante.