El remake de Caparrós, en la cartelera de Nervión
Sevilla y Real se juegan su última carta para ir a Europa
Desesperado, el Sevilla ha echado el reloj 13 años atrás y ha escarbado en sus raíces para solventar una situación peliaguda. Joaquín Caparrós, 62 años, utrerano como José Castro, amigo personal del presidente y sevillista de base, se volverá a sentar en el banquillo del Sánchez Pizjuán. Lo hace rodeado de un equipo de ayudantes a los que hierve la sangre roja: Antonio Álvarez, Paco Gallardo y Marchena. Pero el Sevilla, bien lo sabe él, ya no es la entidad familiar y autárquica que conoció sino un club con proyección mundial y obligado a estar en Europa, donde ha jugado en 13 de las últimas 14 temporadas.
Caparrós, que no extenderá su regreso al banquillo del Sevilla más de estos cuatro partidos y no cobrará un euro por su trabajo a la espera de ser ubicado en el nuevo organigrama del club, debuta ante la nueva Real de Imanol, aquel lateral esforzado que ha vuelto a encender la luz de un equipo que había caído en el desánimo en los últimos días de Eusebio y que vuelve a tener a tiro Europa. Imanol ha cambiado el dibujo (del 4-3-3 al 4-2-3-1), movió algún jugador de posición y recuperó ciertos valores de la vieja Real de Atocha que él llegó a pisar como txuri-urdin.
Al Sevilla se le acaba el tiempo para ser séptimo. Tiene tres partidos en casa y el derbi en el Villamarín para salir del atolladero al que le ha llevado su mala cabeza. Hace ahora justo una vuelta de la destitución de Berizzo y Montella se ha ido sin pena ni gloria. Aunque la foto parezca antigua, tal vez el equipo necesitase un electroshock así, una donación voluntaria de sangre sevillista. Detrás de las salas de los cines Nervión Plaza se estrena hoy un remake apasionante del que nadie sabe el final. Pero no tendrá término medio.