“En Tenerife me siento como en mi casa”

Con 22 años y tras haber jugado en ¡nueve equipos!, este colombiano ‘gambeteador’ quiere consolidarse en un club y no descarta quedarse “aunque no depende de mí”.

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¿Vaya locura lo del sábado pasado, ¿verdad?

—El equipo y la afición necesitaban algo así. Esperamos que nos sirva para inyectar esa energía positiva y empezar a encadenar una buena racha.

—Vaya sufrimiento porque se empezó encajando pronto y al final se remontó...

—Fue algo que ninguno lo preparamos. Nos cayó como un balde de agua fría, pero lo más importante es que el equipo tuvo la rebeldía y el carácter para salir adelante y revertir esa situación..

—Y ahora toca ganar por fin fuera de casa, algo que se viene resistiendo.

—Hemos hechos buenos planteamientos, pero no pudimos venirnos con los tres puntos. Lo máximo que hemos sacado es un empate y hace falta sumar fuera para sacar diferencia en la clasificación.

—Y en lo personal, usted ya está empezando a tener más minutos.

—Era lo que estaba buscando. En plenitud física es más fácil tener continuidad y trataré de afianzarme en el once.

—Dijo el míster hace unas semanas que debe hacerle entender que esto no es Joao contra otro equipo...

—Esto es un equipo, sumamos y perdemos todos, aunque es cierto que en algunos momentos del partido, el equipo requiere de mis características por el despliegue individual que tengo y trato de que cuando se necesita, darle un desahogo.

—Lo que más le cuesta a un futbolista ofensivo es el sacrificio defensivo, ¿no? —No cuesta porque al final te preparas y entrenas para eso. Te dan unas tareas que sabes que las tienes que cumplir, pero cuando estás en tu faceta ofensiva es cierto que te desarrollas con más facilidad.

—Y en su caso, falta que llegue el gol también.

—El sábado nos empezamos a acercar un poco más. Yo digo que poco a poco voy afinando la puntería y Dios quiera que el sábado se nos dé la oportunidad de sumar de a tres.

—Usted viene de una familia muy futbolera, ¿no?

—En mi familia se respiré fútbol desde la cuna. Mi padre fue futbolista de la élite en Colombia y ahora es entrenador. Mi hermano es scauting de una empresa de agentes...

—Imagino que siguen sus pasos a la distancia.

—Siempre. Mi padre es mi principal crítico y también el que me dice cuando estoy bien. Eso me viene muy bien porque analizo los partidos con él los lunes cuando juego.

—¿Sus inicios fueron en la escuela de Boca Juniors?

—Me crié en el América de Cali. Allí estuve unos siete años y luego sí pase a la Escuela Boca Juniors y desde allí he dado mi paso al Chelsea. El América es uno de los grandes de mi país y algún día espero volver a jugar allí.

—Ha estado ya en nueve clubes de seis países diferentes. ¿Cuál ha sido el más complicado de todos?

—No sé si complicado, sino en el que te adaptes mejor. Aquí en Tenerife me siento como en casa porque se habla el mismo idioma, porque la cultura es muy similar a la mía, la comida, el ambiente, el clima... Eso ayuda a desenvolverte mejor en tu juego.

—Está cedido en el Tenerife, pero hay alguna posibilidad de continuar en la Isla.

—Siempre las posibilidades están abiertas para todo, pero no depende de mí. Yo soy de los que digo que todo depende de mi rendimiento. Me siento muy bien aquí. A mi me gustaría consolidarme en un equipo dos o tres años que es cuando los jugadores empiezan a hacer huella en los equipos.

—¿Los varios tatuajes que tiene tienen alguna explicación?

—Todos tienen su significado y se basan en mi vida personal, con mi familia, mi creencia con Dios. Y vendrán muchos más.

—¿Quién era o es su ídolo?

—Ronaldo, ‘El Fenómeno’. Siempre ha sido el jugador a seguir, pero hoy en día el fútbol ha cambiado mucho, se ha vuelto mucho más físico y competitivo y sigo diseños como el de Hazard o Neymar.

—¿Sabía que hace mucho que no había un colombiano aquí?

—Me estuve informando y los últimos fueron Pepe Portocarrero y Navarro Montoya allá por el 2000. Fueron los únicos dos.

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