Designa y castiga Monjas, que depende de la ACB
■ Los árbitros de la Liga Endesa son profesionales, dependen directamente de los clubes a través de la figura del director de arbitraje de la ACB, Francisco Monjas, segoviano de 68 años. Ejerció como árbitro durante 21 temporadas, las 14 últimas en la ACB. Se retiró en 1997. Él determina directamente todas las designaciones, aunque tiene la ayuda de dos personas que pertenecen al comité de designaciones, Vicente Ballester y Eduardo Torrico. A su vez, el departamento arbitral rinde cuentas en el organigrama al director general, José Miguel Calleja, que se estrenó en el cargo el pasado mes de marzo.
De Monjas dependen también todas las decisiones sobre qué árbitros siguen en la ACB, quiénes no y cuáles son los que ascienden desde las ligas federativas. El pasado verano, por ejemplo, ascendieron tres colegiados de las categorías FEB, uno del colegio catalán, otro del asturiano y otro del madrileño, mientras que dejaron la categoría cuatro árbitros por decisión técnica, entre ellos Sánchez Monserrat que llevaba 22 temporadas en la Liga Endesa.
Los árbitros tienen unos ingresos fijos que dependen de la categoría en la que estén incluidos cada uno de ellos. Hay tres niveles y el fijo más elevado es de 27.000 euros y el mas bajo de apenas 8.000. Luego, por cada encuentro arbitrado, rondan los 1.000 euros.
Las sanciones por errores en su labor son decididas también por el departamento arbitral y no se hacen públicas. Si un colegiado, por ejemplo, no pita como castigo en tres jornadas deja de percibir 3.000 euros. Algunos árbitros se quejan de que falta un procedimiento claro en el número de imágenes a revisar en el Instant Replay.