El ‘Imperio Warriors’, tocado y hundido
Curry se rompe la mano y se une a una lista de bajas irreemplazables
Corría el tercer cuarto en el Chase Center de San Francisco cuando Stephen Curry caía desequilibrado desde una gran altura al intentar entrar a canasta. Por su camino se llevaba al defensor de los Phoenix Suns, Aron Baynes, con la mala suerte de que los 117 kilos del pívot iban a caer justo encima de su mano izquierda. Desde el primer momento los gestos de dolor del base de los Warriors dejaban claro que aquello no pintaba nada bien.
Curry se ha roto el segundo metacarpiano de la mano izquierda, el hueso que va justo antes del dedo índice. A falta de saber el alcance exacto de la lesión, todo apunta a que la baja será de varios meses. Es el golpe definitivo a un equipo que había empezado la temporada siendo una sombra de lo que fue. El dominador absoluto de la NBA en los últimos cinco años: mejor récord de la historia en ese lapso de tiempo (322-88, un 78,5% de victorias entre 2014 y este año), tres anillos, mejor temporada regular de siempre (73-9 en 2016) y los playoffs más cercanos a la
Los Warriors se acaban de trasladar al lujoso Chase Center en San Francisco, al otro lado de la Bahía del Oracle Arena. Con el nuevo pabellón, que costó 1.600 millones y que financiaron ellos mismos, esperan tener una cantidad de ingresos entre partidos, conciertos, eventos... de unos 700 millones anuales. De hecho, el valor de la franquicia está perfección que se hayan visto nunca (16-1 en 2017).
Todo eso poco tiene que ver con lo observado en los cuatro primeros partidos de este curso, en el que está con un balance de 1-3. La derrota ante los Suns (110-121) fue la última demostración de que los a punto de alcanzar a los intocables Lakers y Knicks. Pero para mantener este nivel necesitan que el equipo siga siendo una de las sensaciones deportivas del país y así atraer a la nueva aristocracia de Silicon Valley, una de las grandes fuentes de dinero para la franquicia. Los resultados deportivos importan y los que llevan las cuentas lo saben bien. buenos tiempos han quedado atrás. Lo de Curry ha sido la puntilla, pero con él en cancha los de Phoenix ganaron el primer cuarto por 14-47 con un sonrojante 1-30 de parcial incluido. Y no es la primera vez que van perdiendo por diferencias similares en lo que va de temporada.
Bajas. Parte de lo que está pasando con los Warriors se explica con las lesiones. La de Curry se une a la de Klay Thompson, que se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en el último partido de la final de junio ante los Raptors. Nadie sabe cuándo va a volver exactamente. Tampoco tienen disponible a Kevon Looney, el mejor pívot de la plantilla y un defensor de muchos quilates. Y apenas han podido disponer de los dos mejores fichajes que hicieron para el banquillo: Alec Burks y Willie Cauley-Stein.
Y no menos importantes son las bajas de los que ya no están. Se marcharon Iguodala y Livingston, dos jugadores clave en los éxitos de todos estos años. Y, por supuesto, se fue Durant, con rotura del tendón de Aquiles también en la final. Con la progresiva suma de ausencias, los Warriors han pasado de ser el coco de la Liga a un aspirante más y, de ahí, a un equipo del montón obligado a pensar ya en la próxima temporada. Así es la NBA.
Lesiones Durant y Klay Thompson también se lesionaron en los últimos seis partidos