El derbi de Luuk de Jong
El holandés se redime y golpea duramente al Betis
En un derbi de poder a poder, de los mejores que se recuerdan por la alternativas en el campo y que dejó a dos equipos exhaustos, el Sevilla asestó a su eterno rival un golpe que puede ser definitivo en muchas cosas. Lo primero, para Rubi, que había logrado algo de crédito con una victoria ante el Celta in extremis y un empate en el Santiago Bernabéu, pero al que una derrota de este calibre vuelve a dejar tocadísimo. Hay un parón por delante, con todo lo que ello significa. Liderados por un delantero que estaba bajo la lupa, Luuk de Jong, que se hartó de hacer su trabajo invisible y que acabó marcando el tanto de la victoria, los de Lopetegui regresan a puestos Champions, a tiro de piedra del liderato, para ilusionarse otra vez con las cosas más bonitas. Y su afición pasará 15 días de guasa en la mejor ciudad para ganar un partido de estas características... y la peor para perderlo.
Empezó mejor el Sevilla. Tocando, llegando arriba con cierta facilidad por las alas. Y marcando, relativamente pronto. Ocampos la recogió en el cajón del área tras un despeje demasiado centrado y su chutazo se le coló por debajo a Joel (0-1, 13’). Estaban siendo los mejores momentos del equipo nervionense, pero el dominio le duró poco. El Betis, que había repetido los cinco defensas y Bartra por delante de Chamartín, tiró de rabia para convertir el partido en una guerra de guerrillas a base de fe. No llegó arriba demasiado antes de empatar. Pero con Loren en el campo el equipo de Rubi puede marcar en cualquier momento. El marbellí madrugó a Koundé (11, 45’) y además lo hizo en un momento clave, justo antes del descanso. Volvió el Betis de la caseta con el mismo ímpetu, tanto como para acorralar a su rival. Pero De Jong, que ha marcado sólo dos goles aunque ambos de enorme peso, aprovechó un gran pase de Banega y, tras comprobación del VAR, su 1-2 subió al marcador.
Tiró de audacia Rubi para llenar su ataque de gente, sacó su magia Joaquín para servirle a Álex Moreno una pelota a la que Vaclik de nuevo respondió con una parada estratosférica. Loren mandó un balón al palo y probó otras dos veces al portero checo y el Betis encerró al Sevilla con hombría. Triunfaron los nervionenses y de lo que pasó en esos 90 minutos se hablará mucho en las dos orillas de la capital de La Giralda, chau-chau que concluirán siempre los sevillistas con una sola palabra: “Ganamos”. Y eso es lo único que vale en el derbi.
Loren
El marbellí, muy activo, marcó el empate antes del descanso