Robert Moreno se siente traicionado por Rubiales
El técnico catalán lo ha pasado muy mal en los últimos días
Robert Moreno tiene las horas contadas como seleccionador. Después de clasificar primera de grupo a
España, el técnico será despedido en el mismo momento en el que Luis Enrique haga efectiva el fin de su excedencia. Luis Rubiales dejó abierta la puerta de la Selección
al asturiano cuando renunció por causa de fuerza mayor. “El presidente cumplirá su palabra”, dicen sus colaboradores. Moreno se siente “utilizado y traicionado”, según fuentes próximas al técnico.
La decisión se hará pública esta mañana. Le tocará dar explicaciones al propio Luis Rubiales después de comunicar a Robert Moreno su decisión y de anunciarle la vuelta de Luis Enrique que, por otra parte, puede renovar al completo su equipo de colaboradores.
El todavía seleccionador ha pasado una mala semana. En los últimos días, y pese a la goleada a Malta y la victoria ante Rumanía, no ha tenido buenas sensaciones. Luis Rubiales, que maneja los códigos del vestuario, le ha enviado señales de desconfianza. En la última semana, el técnico catalán ha dicho tres veces públicamente que quiere seguir como seleccionador: una en el Museo del Prado, otra en Cádiz y la última en el
Metropolitano.
En el mismo espacio de tiempo, Rubiales le ha dado largas dos veces: una en un reciente encuentro con la prensa en su despacho de la
Federación, y otra en el Carranza tras la goleada a Malta. En ambas ocasiones lo hizo a conciencia. Luis Enrique ya había enviado señales. A partir de ahí, Robert Moreno entró en pánico, se mostró crispado y es cuando en la Federación han considerado que no merece la pena prolongar la agonía.
La idea de la Federación era esperar hasta los partidos de marzo, frente a Holanda y Alemania, para justificar el relevo de Robert Moreno, pero los acontecimientos se han precipitado. Luis Rubiales ha perdido lo único que no se puede recuperar: la confianza. Ha observado algunos comportamientos que le han hecho recordar la mala experiencia de Rusia 2018.
El poder de los jugadores ha crecido hasta el infinito bajo el mandato de Robert, lo que en la era Luis Enrique estaba más controlado. La concentración del mes pasado, para los partidos contra Noruega y Suecia, se aplazó un día sobre el fijado por el seleccionador por deseo de los futbolistas; en la última, para los encuentros ante Malta y Rumanía, ha habido dos tardes libres...
Pero, por otra parte, sustituir a un entrenador que ha logrado la clasificación como primero de grupo y que ha colocado a la Selección como cabeza de serie del sorteo para la fase final requiere una explicación. Y algo más si llega la Eurocopa y España se estrella con Luis Enrique.