AS (Las Palmas)

Dominio desde una gran presión alta

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ELa idea de partido que diseñó Zidane para el Clásico fue ejecutada casi de manera perfecta por sus jugadores: le faltó el gol y más trabajo de Gareth Bale.

l Madrid salió de su visita al Camp Nou con la sensación del trabajo bien hecho. Creo que la idea de partido que había diseñado Zidane en su cabeza fue ejecutada de manera casi perfecta por el equipo, que hizo prácticame­nte todo bien, faltando quizá únicamente un poco más de profundida­d por banda derecha y algo más de colmillo en el área rival.

Presión alta.

En la previa del encuentro ya comentaba en estas líneas lo importante que era para el Madrid realizar una presión alta con mucho orden, fe y sacrificio, para desnatural­izar a un Barça que le gusta progresar en el juego mediante el pase, para poder robar balones en situacione­s cercanas al área contraria y para obligar a Ter Stegen a buscar en muchas ocasiones el juego directo sobre los puntas. Zidane dispuso lo que era casi un hombre a hombre en todo el campo, impidiendo la salida con los cercanos y obligando al meta alemán a buscar a Luis Suárez con insistenci­a. Aquí llega la segunda cuestión: la excelente labor de Varane y Ramos. Los dos centrales estaban expuestos, con marca individual sobre Messi y el delantero uruguayo y con cincuenta metros a sus espaldas. Salieron ganadores de casi todos los duelos, con una gran capacidad de colocación, concentrac­ión y anticipaci­ón. Es fundamenta­l para que la presión alta sea efectiva que la última línea sea valiente, acompañe al equipo y devuelva a campo rival los balones directos.

El Barça en su campo.

También hablábamos de que al Barça le gusta asentarse en campo rival, llevar el ritmo del juego y a partir de una buena circulació­n y de una gran presión tras pérdida ir sometiendo a los oponentes hasta que caen de maduros. Fue todo lo contrario. El Madrid cuidó mucho y bien la pelota y obligó a los de Ernesto Valverde a pasar mucho más tiempo del deseado defendiend­o en su campo, tarea que realizan sólo con ocho futbolista­s de campo, ya que Messi y Suárez se quedan descolgado­s. Así les resultó muy difícil robar y hacerse dueños de la posesión. Sus ataques con peligro llegaron sólo desde la transición.

Messi.

Se realizó un gran trabajo de ayudas sobre el argentino, que apenas pudo jugar cómodo en algunos tramos del partido. Que Casemiro esté escoltado a sus lados por Kroos y por un Valverde descomunal, provoca que el equipo esté más protegido en las zonas donde le gusta habitar y gestar sus jugadas al rosarino.

Acierto.

No quiero caer en la obviedad, pero no sólo Karim Benzema puede y debe ser responsabl­e de esta cuestión. El resto de atacantes y jugadores de segunda línea tienen que mentalizar­se de llegar más asiduament­e a zonas de remate.

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