La única fortaleza del Barça es el Camp Nou: ganó 37 de 39 puntos
Al Barça sólo le queda el Camp Nou. Si a día de hoy todavía sobrevive en LaLiga, es por su trayectoria intachable como local, donde ha ganado 37 puntos de 39 posibles. Seguramente eso le haya evitado ya alguna señal de protesta de su gente por su pobrísimo viaje por la geografía española, donde se ha dejado 21 puntos. Hoy le toca un rival que puede tocarle las cosquillas.
La feliz Real juega el fútbol de color que desearía ver estos días la afición del Barça. En los planes de Imanol, representante del éxito del entrenador de perfil bajo, ni siquiera estaba entrenar al primer equipo. Sustituyó a Eusebio, hizo su trabajo y se bajó tranquilamente al filial. Aperribay, sin embargo, volvió a pedirle que apagase el fuego cuando destituyó a Asier Garitano. E Imanol ha construido un equipazo levantado a base de corazón de Zubieta, con un tremendo jugador que es Oyarzabal, y coronado con el toque nórdico de Odegaard e Isak.
El dulcísimo estado de la Real contrasta con el aire tristón del Barça, cabizbajo como su juego; lento y alejado del toque, la frescura y el vértigo que le caracterizó en otra época. Bartomeu observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos y, por más que a la llegada de Madrid dijese que LaLiga es “larga”, sabe que está difícil. Setién repitió ayer cinco veces en sala de prensa que le hicieron “siete oportunidades al Madrid”. Sacó datos, pero luego dijo que no le importa el resultadismo. En esa contradicción se mueven el Barça y Setién, que hoy podría mover el sistema porque necesita gol. Braithwaite puede ser titular.
Fiable