Joaquín: “Llevo dos días en el campo y ya estoy tieso”
El capitán bromea con la vuelta
Joaquín muestra su optimismo y su habitual ilusión al vislumbrar el posible retorno de la competición tras los primeros días de entrenamiento en la ciudad deportiva. El portuense pasó por Eurosport y advirtió sobre lo dura que es la preparación exprés para la vuelta del fútbol: “Parece que no hayamos hecho nada durante este tiempo. Llevo dos días entrenándome en el campo y ya estoy tieso”.
El extremo del Betis trató de explicar su visión de esta nueva realidad: “Todavía no sabemos al cien por cien cuándo volveremos a jugar. Desde el staff técnico te llevan un control y un seguimiento en los entrenamientos, y hacerlo cada uno individualmente cuesta un poco más”. El portuense mira al posible regreso con la esperanza de mantener el rendimiento notable que había mostrado durante los primeros meses de
LaLiga, dejando una de sus mejores versiones y tras haberse ganado ya la renovación hasta 2021.
Y Joaquín tiene un desafío claro que incrementa aún más la ilusión para esta vuelta al fútbol. El derbi ante el Sevilla es el primero de los once choques que pueden permitir el sueño de pelear aún por los puestos europeos, a pesar de que las distancias sean mayores a las esperadas. “Un derbi siempre es bonito, sea cuando sea. Se creará mucha expectación por el partido que es y más después de todo esto que hemos vivido”. “Ir a un estadio de fútbol y no ver nada de ambiente ni fuera ni dentro, con extremas medidas de seguridad en todos los sentidos, va a ser algo nuevo para todos. No sé hasta qué punto nos afectará, pero sin duda no tendrá nada que ver en comparación a lo que estamos acostumbrados”, añadió el capitán del Betis.
Derbi “Incluso sin público, después de lo vivido, creará gran expectación”
Es saber que nunca tendrás un restaurante de tres estrellas Michelin sin fregar el suelo
Qué es “jugar bien”? ¿De qué hablamos cuando hablamos de esa entelequia? Jugar bien no es eso a lo que aspiran ciertos estetas y románticos del balón. Para mí, jugar bien es alcanzar ese nivel en el que podrías poner de pivote a un aficionado de la grada y tu equipo apenas lo notaría porque tiene automatismos, recursos y soluciones para cada momento del partido. Para mí, jugar bien es exprimir la plantilla. Jugar bien es no pechear en los momentos delicados, es no encajar goles cuando las piernas empiezan a temblar, el oxígeno escasea y el cerebro cortocircuita. Jugar bien es no dudar. Jugar bien es elegir. Porque elegir es renunciar. Es combinar el rutinario trabajo de una cadena de montaje con chispazos de creatividad. Es saber que nunca tendrás un restaurante de tres estrellas Michelin sin fregar el suelo.
Para mí, jugar bien también es defender, moverte con tus compañeros como si todos estuvierais atados por un hilo invisible. Algo que siempre se infravalora del Barça de Guardiola
es esa presión asfixiante para recuperar el balón en campo contrario. Nunca vi nada igual. Pero de eso se habla menos. El Getafe de Bordalás es un buen equipo. O la ultraofensiva Atalanta de Gasperini. El Valencia de Benítez, el Racing de Santander de Marcelino García Toral, el Inter de Mourinho, la Grecia
campeona de la Eurocopa
eran buenos equipos también. El Atleti de Simeone
es un gran equipo. Pero no sólo cuando gana en Anfield. Algunos dirán de estos conjuntos que no practicaban un juego vistoso. Depende. Yo veo belleza en la consistencia y en el empleo de los recursos disponibles. Un buen equipo es el que sabe qué hacer en cada momento, en cada escenario. Poner el trabajo al servicio del talento y el talento al servicio del trabajo.
Aun buen equipo no lo define necesariamente el porcentaje de posesión, ni el número de tacones, ni la belleza de una chilena, ni la magia de un pase al hueco. Un buen coche no es ese vistoso deportivo que da con los bajos en el parking, su capota se atasca cada dos por tres y te saltan avisos sin entender nada. Un buen coche también es el utilitario que te dura 20 años sin apenas pasar una revisión. Jugar bien es rigor, imaginación y fiabilidad. Y sobre todo: que te dé igual lo que piensen los demás de ti.