Abalde rompe el molde
El pago de la cláusula de 1,5 millones es la operación más elevada de la era Laso
El Madrid anunció el 21 de julio el fichaje de Alberto Abalde, previo pago al Valencia de la cláusula de rescisión de 1,5 millones de euros. Contratación que el club pretende amortizar, junto con el salario del jugador, en cinco años. Una operación cuantiosa económicamente, la más elevada de la era Laso, que engloba también a la actual jefatura de la sección. Juan Carlos Sánchez, su director, tomó las riendas en junio de 2010, justo un año antes de la llegada del técnico vitoriano. Su entrada supuso la salida de Maceiras y, meses después, la de Messina, que dimitió. En esa etapa previa el Madrid había abonado más de 2,6 millones en el verano de 2009 para reclutar a Prigioni y Sergi Vidal. Y había desembolsado medio millón por Velickovic en un mercado escaso de piezas valiosas. En enero de 2010, se había hecho con Tomic por un millón.
Sánchez arrancó con un reajuste económico y luego el presupuesto fue creciendo año a año, igual que los contratos de las estrellas, pero el dinero se invertía más en renovaciones que en acometer cláusulas, traspasos y compensaciones por los derechos de un jugador. De hecho, la inversión de este tipo más elevada, hasta la de Abalde, había sido la de Carlos Suárez en septiembre de 2010, con el directivo recién aterrizado: casi 1,1 millones (un fijo de 950.000 y el resto por objetivos).
Por otros jugadores, incluso por Laso, se han aportado cantidades compensatorias que no superaron los 100.000 euros. Caso aparte, el de Ayón, algo menos de 300.000 euros abonó el pívot