Un segundo año sin competición sería un golpe durísimo
La Euroliga 2020-21 juega su primera final el próximo jueves día 10. Los clubes han sido convocados por Jordi Bertomeu, presidente de la competición, para una reunión telemática que se considera decisiva para el presente del torneo continental, golpeada por los problemas colaterales de la crisis del Covid que tienen que ver con el paso de fronteras y el viaje a otros países.
Durante las últimas semanas, los clubes de la Euroliga, pertenecientes a diez países (Alemania, Turquía, España, Italia, Francia, Serbia, Grecia, Rusia, Israel y Lituania) han tenido que enviar al departamento de competiciones de la Euroliga continuas actualizaciones sobre la situación sanitaria y de normativa para viajar a otros países.
A los clubes les inquieta que, pese a que el calendario se sorteó y se fijó y el inicio de la temporada regular está previsto para el 1 de octubre, la Euroliga no ha dado ninguna información al respecto, de ahí que se considere clave el próximo jueves.
La Euroliga, como tantas otras competiciones, se juega estos días su futuro. Pese a no terminar la temporada pasada, el ejercicio se pudo salvar gracias a los ERTE, los acuerdos de reducción de sueldos con los jugadores y a que la mayoría de acuerdos con los patrocinadores privados así como parte del presupuesto de ticketing se había cumplido. Un segundo año sin partidos sería un
Dificultad