Una cuestión de dibujo, no de tembleque
Aremolque y a contracorriente tuvieron que ir los rojiblancos de nuevo. Como ante el Celta, los del Cholo estuvieron desorientados los primeros 45 minutos. Con Morales estacionado en la izquierda y Sergio León con los centrales, el Atlético se quedó otra vez en inferioridad en el medio, lo que provocaba el control del juego del Levante y una sensación de vulnerabilidad en la zaga local. Corrigió Simeone mandando a Giménez al lateral y soltando a Llorente, algo que provocó un mayor equilibrio entre los rojiblancos, sobre todo en el segundo tiempo. Más fiabilidad sin balón y mejor repartición de espacios para crear. Así vinieron las ocasiones de João Félix y
Lemar. El francés, a pesar de su inactividad, fue la chispa que anhelaba el ataque, algo que sin un extraordinario Cárdenas se hubiese traducido en algún gol.
Ahora que faltan efectivos importantísimos, casos de Trippier y Carrasco, o la frescura del motor Koke, tengo la sensación de que el equipo, con el reseteo del Cholo en pleno partido, se encuentra más sólido y compensado con el 1-4-4-2. Para mí no es cuestión de tembleque o vértigo este nuevo tropiezo de los rojiblancos, en un año excepcional donde cada semana aparecen obstáculos. En esta fase del campeonato, con las ausencias y con la falta de energía, está siendo una cuestión de dibujo en un equipo que ha demostrado ser camaleónico pero que, con las bajas, el color de los tres atrás es más oscuro.