Isak, un rayo de esperanza
El sueco, recuperado, entra en la convocatoria Imanol e Iraola buscan sus primeros puntos esta temporada
Isak vuelve al rescate de la Real Sociedad. El delantero sueco, la gran estrella txuri-urdin del pasado curso, podrá ser de la partida para Imanol tras superar las molestias que le impidieron viajar en la primera jornada a Barcelona. La figura del txipiron sueco es para la Real algo así como la de Rodrigo Díaz de Vivar, el histórico Cid Campeador, que con su sola presencia permite meter miedo a su rival y de paso levantar a la tropa realista de la especie de depresión en la que parece haberse sumido después de la mala imagen ofrecida en el Camp Nou en la primera jornada. Lo hará frente a un Rayo Vallecano que recibió en Sevilla un duro golpe de realidad en su regreso a Primera, y que también necesita levantarse de la lona.
Se trata de una buena oportunidad para ver cómo se comportan ambos proyectos tras sus reveses iniciales. Tienen objetivos antagónicos, pero un fin común en el Reale Arena: sumar sus primeros tres puntos de la temporada. Anda Imanol con la mosca detrás de la oreja con su vestuario, dubitativo en cuanto a preparación por una pretemporada incompleta y enfurruñado con sus jugadores por lo que entiende fue falta de intensidad en la primera media hora en Barcelona. Así que le hará falta mucho de Isak, al que se le echa mucho de menos cuando no está y se temió por su futuro en un verano desconcertante con el sueco; pero también que su doble tirón de orejas público a su plantilla (tras el partido en el Camp Nou y en la previa de éste) surta efecto. Porque si no un Rayo ávido de conocer el sabor de la victoria en Primera le partirá en dos.
Iraola, a pesar del resultado, no quedó del todo descontento del reestreno vallecano en Primera. Un 3-0 siempre hace daño, pero se lo endosó el Sevilla en el Pizjuán, y no es cualquier equipo, ni cualquier escenario. Y su Rayo aún está en construcción. Le faltan piezas, y algunas que apuntan a ser importantes. Este Rayo quiere ir a más, demostrar que habrá pocas bromas con él.