Baño de platas
Miguel Luque no se baja del podio desde Sídney 2000 y acumula siete metales, y Toni Ponce se estrenó
España llegó nadando hasta sus primeras medallas en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Un baño de plata. Miguel Luque y Toni Ponce se encargaron de inaugurar el casillero del equipo patrio con dos segundos puestos en los 50 braza (SB3) y los 200 metros libre (S5), respectivamente, en un día en el que los tándem de ciclismo de Adolfo Bellido-Eloy Teruel y Christian Venge-Noel Martínez se quedaron fuera de la lucha por los metales en persecución. De ahí que las alegrías previstas para nuestro estreno en los Juegos de Tokio se postergaran a la tarde en el Tokyo Aquatics Centre.
Eran las 18:44 horas cuando el nadador español Miguel Luque, de 44 años, hacía su entrada. Su calle era la cinco y por ahí fraguó una épica remontada. Iba cuarto y terminó consiguiendo la plata, parando el crono en 49.08, su mejor marca en una final olímpica. Sólo el ruso Zhhdanov (46.49) fue más veloz y cosechó un nuevo récord del mundo en dicha distancia. Luque confirma su espectacular trayectoria, cimentada sobre siete medallas (dos oros, tres platas y dos bronces) en los seis últimos Juegos. Es más, desde Sídney 2000, se ha subido siempre al podio en esta prueba.
“Es la mejor medalla de mi carrera deportiva y llega después de hacer mi mejor tiempo en unos Juegos. Representa el trabajo y esfuerzo que he realizado a lo largo de todos estos años. Estoy en mi mejor momento. La base principal de estos buenos resultados es tener un buen entrenador, además de la disciplina, la constancia y la tenacidad. Es un gran chute de motivación para afrontar los días que me quedan de competición”, afirmó el nadador catalán, que nació con atrogriposis múltiple congénita, un síndrome que afecta a la movilidad de sus piernas.
Pasaban las 20:00 horas cuando se asomaba la segunda alegría. El segundo metal. Otro segundo puesto. El italiano Bocciardo se colgó el oro (2:26.76, nuevo récord paralímpico), Toni Ponce la plata y la leyenda brasileña, Daniel Dias, el bronce. Meritorio el papel del español teniendo en cuenta que el carioca colecciona, nada más y nada menos, que 25 preseas: 14 oros, 7 platas y 4 bronces. Esta prueba evidenció, además, el buen papel de los otros integrantes del equipo patrio. Luis Huerta acabó cuarto en su debut y el veterano Sebastián Chano Rodríguez, octavo, a sus 64 años.
Ritual. Para Toni Ponce, de 34 años, esta plata es especial ya que se trata de su primera medalla en unos Juegos, después de que abandonase Río 2016 con dos diplomas. “Estoy muy contento. En estos cinco últimos años ha habido momentos muy difíciles por la pandemia. Sabíamos que el italiano era otro mundo, pero teníamos dudas de qué podía llegar a hacer el gran Daniel Dias. Confiábamos y debíamos nadar como habíamos entrenado. Teníamos los pies en el suelo porque, aunque vayamos bien en el ranking, unos Juegos son unos Juegos”, explicó el nadador, que sufre una paraparepsia espástica bilateral y siempre repite el mismo ritual antes de cada competición. Se sienta sobre el poyete de la piscina y acaricia el tatuaje con el nombre de su madre. Su ángel de la guarda. Una estrella que ayer sonrió con el éxito de su hijo, el primero de los muchos que están por llegar en Tokio.