Lucas Vázquez: el triunfo de la fe

Cuando te ha costado tanto triunfar, la satisfacción es doble al recoger lo sembrado. Eso es lo que le está pasando a Lucas Vázquez. Su gol en el Camp Nou es el merecido premio al curro bien hecho durante mucho tiempo. El gallego cumplió con su deber de cerrar su lateral y tuvo los arrestos y la fuerza suficiente para comerse a Eric Garcia en el 0-2. Su labor, siempre gris pero efectiva, es impagable aunque haya gente que le siga negando el pan y la sal. Incluso desde el club se pusieron trabas a una renovación que se había ganado de sobra.

Siempre es la misma película con todos los entrenadores: empieza contando poco y acaba de titular en momentos decisivos. Y eso no es casualidad. Llegará el próximo fallo que le vuelva a convertir en carne de meme, pero la respuesta del gallego seguirá siendo la misma: apretar los dientes, trabajar y solucionar la papeleta cuando el entrenador lo requiera.