Ricky toma el mando
El base español brilla en el inicio de temporada con los Cavaliers, donde ejerce de líder veterano en el que es su cuarto equipo en cuatro años
Hace mucho que Ricky Rubio no es un niño, la promesa de oro que los Timberwolves draftearon en 2009 y recibieron en 2011 con tratamiento de estrella del rock. Con 31 años recién cumplidos, es un veterano con más de diez de experiencia en la NBA. De profesión, base; un jugador que conoce las ventajas de su estatus en la gran Liga: ha ganado más de 100 millones de dólares solo en contratos deportivos en EE UU y cierra esta temporada (con 17,8 millones) uno de tres años y 51 millones. Pero que también ha visto el lado malo del negocio: está en su cuarto equipo en cuatro temporadas (Jazz, Suns, Wolves, Cavaliers) con parada sin llegar a debutar en un quinto, los Thunder.
Después de asimilar su regreso a Minnesota, donde jugó entre 2011 y 2017, Ricky se vio en agosto traspasado a Cleveland Cavaliers. Otro equipo sin aspiraciones deportivas a corto plazo, otro mercado poco estimulante. No ocultó la fatiga, el hastío de las cosas del sistema NBA, y dejó puertas abiertas de cara a su futuro inmediato. En verano será libre para elegir destino y hay quien asegura que no hay que descartar un regreso al Barça.
Pero, mientras, Ricky se ha remangado y se ha puesto a hacer su trabajo en los Cavs, un equipo en reconstrucción que solo ha ganado el 27% de sus partidos (60-159) desde que se fue LeBron James, en 2018. Uno que solo estará en playoffs si da una campanada improbable en el Este y que se afana con un nuevo núcleo joven: Collin Sexton (22 años), Jarrett Allen (23), Lauri Markkanen (24), Isaac Okoro (20) y las dos joyas de la corona: Darius Garland (21) y el número 3 del último draft, el pívot Evan Mobley (20). Los Cavs dieron a los Wolves un jugador (Taurean Prince), una segunda ronda de draft y algo de dinero para fichar a Ricky como referente veterano para esos jóvenes.
Y en eso está: en el inicio de temporada promedia 16,7 puntos, 4 rebotes y 9,3 asistencias con un 45% en triples. Primero suplente, después titular por lesión de Garland, y en ambos casos como brújula de un equipo por ahora competitivo. Contra los Hornets se culpó a sí mismo del mal último cuarto que les costó el triunfo. Contra los Hawks, un gallo del Este, respondió con un partidazo (23+6+8) y un tramo decisivo en el que enlazó seis puntos. “Para mí, esa es la imagen del liderazgo”, dijo después su entrenador, JB Bickerstaff. “Alguien que asume sus errores y la siguiente noche evita repetirlos. Eso es lo que ven los jóvenes en nuestro vestuario”. En plena madurez, Ricky está en el mejor momento de su carrera, algo que es evidente en su último tramo con la Selección: MVP del Mundial de China y el mejor de los de Sergio Scariolo también en los Juegos de Tokio. En verano decidirá destino, algo que pudo hacer en 2019, cuando optó por firmar con Phoenix Suns aunque tuvo un pie en Indiana Pacers. El resto de movimientos han sido vía traspaso, el primero en 2017, de Minnesota Timberwolves a Utah Jazz. Decida lo que decida, veremos si lo hace desde Cleveland o desde otro punto de partida.
Valores “Es la imagen del liderazgo”, dice su entrenador, Bickerstaff
En el aire Ricky acaba contrato y podrá elegir nuevo destino en verano
Futuro. Porque Ricky tiene papeletas de volver a cambiar de aires antes del cierre del mercado invernal. Como acaba contrato, quien apueste por él no cargará con más temporadas de inversión, lo que hace que sea una opción atractiva para equipos de aspiraciones que necesiten un base para su rotación de cara a los playoffs. Y los Cavs seguramente intentarán obtener algo por el español, aunque sea una pequeña compensación en forma de rondas de draft, antes de que acabe la temporada, se convierta en agente libre y pueda cambiar de aires sin dejar nada a cambio en Ohio. La rueda de la NBA, que en los últimos meses le ha enseñado una cara poco deseable, podría guardar un giro feliz para Ricky. En 2008, por ejemplo, Pau Gasol salió de Memphis con destino L.A. en un traspaso invernal, y meses después estaba jugando la final con los Lakers. En febrero de 2019, otro trade antes del día límite puso a Marc Gasol en Toronto, donde cuatro meses después se proclamó campeón con los Raptors.