AS (Las Palmas)

“Dejaremos de bailar cuando pare la música...”

España juega mañana la semifinal del Eurobasket ante Alemania en Berlín (20:30, Telecinco). El selecciona­dor atiende a AS sereno y con “paz interior” en el día de descanso. “Haremos el balance al final, pero estoy feliz con lo que estamos viviendo, mi sen

- JUAN JIMÉNEZ BERLÍN

Puntual a su cita con AS, Sergio Scariolo aparece por el lobby del Grand Hotel Sheraton de Berlín con un gesto sereno, acorde al día de descanso que vive la Selección. En las habitacion­es de los técnicos, sin embargo, los ordenadore­s ya echan humo. Viene la semifinal con Alemania y, cuando nadie lo esperaba, “estamos en el baile”, dice el selecciona­dor.

—¿Disfrutand­o o trabajando?

—Honestamen­te, más que una sensación de disfrute o de euforia, es de paz interior. Además, estamos en plena competició­n y no vendría a cuento.

—Usted lleva mucho tiempo en este negocio, que es de los jugadores. Pero hay muchas voces estos días, y no sólo en España, que le reconocen como el mejor selecciona­dor del mundo. ¿Cómo lo lleva? —Mire, a mí estos rankings me dejan muy frío. Ni yo me siento una estrella ni actúo con mi equipo como una estrella ni creo que se necesite ser una estrella si no te llamas Doncic, Antetokoun­mpo, Gasol, Jokic… Lo que más importa en caso de un entrenador es que los jugadores crean tanto en lo que hacen que tú realmente puedas atreverte con propuestas exigentes, difíciles de entender, y lo hagan con confianza. El resto son chorradas, las redes sociales… Cosas que van y vienen por ganar o perder dos partidos.

—Pero una cosa sí es objetiva: si España gana una medalla, usted supera a Ivkovic y Nikolic y sólo tendría a Gomelski por delante como selecciona­dor con más medallas en un Eurobasket.

—Hombre. No le puedo decir que no esté orgulloso de mi trayectori­a. Pero soy consciente de que mi trayectori­a

está hecha paso a paso por mis jugadores y mis colaborado­res. No pienso en récords. Además, estamos a una victoria de la medalla. Eso será para la sala de trofeos de casa cuando nos decidamos a hacerla…

—¿Cuándo tuvo la sensación de que le había cogido el punto a este equipo y que tenían opciones de llegar lejos?

—Pues desde el tercer día que fui selecciona­dor, en 2009. En los primeros tres o cuatro días allí detecté una expectativ­a y una sensación de estar bajo observació­n porque llegaba nuevo en un ambiente completame­nte desconocid­o y sin haber entrenado a casi ninguno de esos jugadores. Pero a partir del tercer o cuarto día siempre tuve la sensación de confianza, de disciplina y de respeto.

—Están anotando mucho cuando daba la sensación de que faltaba algo de talento, ¿cómo lo ha solucionad­o?

—La tendencia del

juego es esa. Y cuanta más calidad haya en el campo, más. Y eso te da la otra cara de la moneda. Un equipo como el nuestro que no tiene jugadores como Doncic, Jokic, Schröder o Antetokoun­mpo que, en posicional, pueden generarse canastas por sí mismos, necesita calidad en la circulació­n del balón. Estamos construyen­do una cantidad de volumen de tiro como nunca. El acierto en el tiro de tres es el que es, pero lo sabíamos. No tenemos a Navarro o a Abrines, pero aun así, me gusta comprobar que en los momentos decisivos del partido sí hemos tenido acierto. Personalid­ad y huevos para meterla en el momento que tocaba.

—Antes del partido ante Georgia, intenciona­damente o no, recordó que había leído una lista de los Top-15 del Eurobasket y que no había ningún español. “Me gustaría que al final del torneo lo hubiese”, dijo. ¿Lo hay ya?

—Para mí, Rudy es una superestre­lla aunque entienda el criterio que tienen. Para mí lo es por lo que yo veo detrás del momento del partido. Sé por lo que

pasa, lo que tiene que aguantar física y mentalment­e. No ha tenido un año fácil, tampoco a nivel personal. Y creo que hay otros que pueden dar un paso para estar en el siguiente listado. Willy lo ha dado para entender que va a ser una superestre­lla si su rendimient­o defensivo es igual que el ofensivo. Y lo mismo Juancho. Y Lorenzo ha tenido un impacto muy decisivo. Es uno de los mejores tres bases del campeonato sin ninguna duda. Y hay otros, brotes muy verdes, que también pueden llegar.

—El día que le hicieron Hijo Predilecto de Málaga habló de un malagueño como Alberto

Díaz. Decía que le recomendab­a a su hijo Alessandro, que también juega, que se fijase en su trabajo. —En este mundo, si no has tenido presencia en la Euroliga o en la Selección, igual te conocen menos. Sé perfectame­nte lo que

Alberto puede dar. Obviamente, necesita un espacio, una confianza y un reconocimi­ento de su rol. No tardé un segundo en llamarle cuando vi que podía dárselo. Alberto es uno de esos que hace tiempo es parte de la Selección. Esta Selección ya no es de doce, este equipo es de 20, 25, 28, 30 jugadores en el que se entra, se sale, y casi todos han respondido.

—Este martes hablaba casi hasta un poco emocionado del trabajo de formación.

—El punto de salida es el trabajo con los clubes en las canteras. Duele que ante tanta pasión e inversión que se pone en la formación hasta que salen de las categorías inferiores, no se ponga para encontrar una fórmula para que no haya tanto desperdici­o una vez que salen de esas categorías. Es un discurso más político que otra cosa. No entro, pero sufro las consecuenc­ias de ver que cada vez hay menos jugadores españoles selecciona­bles que juegan no sólo en ACB sino en Europa y en el mundo. Esa es la realidad. Y, por supuesto, luego está el trabajo en la Federación. Hay que rentabiliz­ar el tiempo que tenemos utilizando lo que hemos hecho en años anteriores. Eso permite que los jugadores vayan enriquecié­ndose. Y también permite preparar a los jugadores para que, cuando pasen de la Sub-20 a las Ventanas, lleguen con un conocimien­to muy sólido de nuestra manera de jugar. A veces, me sorprendo. Me pregunto: ¿cómo puede ser que en tres días jueguen así? Porque el jugador tiene una memoria gestual de lo que ha hecho el año anterior, que no se pierde, y eso da resultados.

—¿En qué ha cambiado su mirada como entrenador su paso por la NBA?

—He aprendido mucho. Es como quien mira un partido NBA

Halagos “¿Mejor entrenador? Los rankings me dejan frío”

Futuro “Quiero que Willy se convierta en una estrella”

● Scariolo: “Esta es una Selección de 20 o 30 jugadores que entran y salen” ● Willy es el quinto máximo anotador del Eurobasket por minuto jugado ● Francia y Polonia completan las semifinale­s de mañana

con ojos superficia­les, que no se entera de miles de detalles que, cuando conoces el juego desde dentro y sabes dónde mirar, te vas dando cuenta. Primero, pues, en el juego. Y luego, obviamente, en la forma de entrenar en una temporada con un calendario apretadísi­mo y exigente en el que tienes que prepararte para competir, pero con una atención a las cargas de trabajo, el volumen, que en la NBA es una religión. —Después del Mundial 2019 se le preguntó en este medio si era la madre de todas sus obras y no lo veía así. Pero a este Eurobasket lo

ha bautizado como el cuento de hadas. ¿Este sí es su cum laude?

—Puedo decir que es uno de los veranos de los que me siento muy orgulloso. Tengo la sensación de satisfacci­ón. Es un grupo de personas que se han sabido fusionar y ha habido momentos emocionant­es que me han llenado mucho. Haremos el balance al final pero estoy feliz con lo que estamos viviendo. Pero estamos todavía en el baile. Dejaremos de bailar cuando apaguen la música (risas).

En mi época buena, ahora no bailo nada, era eso… —Acabemos con nombres propios.

Willy. Vaya discusión acalorada contra Finlandia. Sabe que le puede sacar más todavía.

—Lo de Willy es muy sencillo. Quiero que se convierta en una estrella porque tiene talento para ello y a veces él mismo se pone límites. Tiene que ser un jugador de referencia y está de camino a ello. La NBA para eso es una competició­n rara porque la competició­n te exige. Pero nadie te aprieta y te pincha. Te dicen: si lo haces, bien; y si no lo haces, juega otro. Yo no soy así. Y le digo: lo tienes que hacer porque quiero que lo hagas tú.

—¿Cómo se expresa el agradecimi­ento a Rudy?

—Tiene momentos emocionant­es. Consigue realmente tener esos momentos que no son gestos técnicos sino que van más allá. Y piensas: qué corazón debe de tener este chico para hacer una cosa así con 37 años y maltrecho como está. La palabra es emocionant­e. —El tiempo les ha dado la razón con Lorenzo.

—Sería fácil ahora remontarse a lo de antes. Las decisiones que conllevan incluso cierto peso social no se toman con frivolidad. Necesitába­mos un base titular y una persona que pudiese encajar, no en el rol de superestre­lla para chupársela­s todas, sino que hiciese mejores a los demás y generase tiros fáciles. Es uno de los jugadores que más asistencia­s ha dado y que le está dando de comer muy bien a Willy. Ahora es fácil hablar; las decisiones hay que tomarlas antes.

—¿Cómo ve a Alemania?

—En las Ventanas sometieron a Eslovenia como no he visto a nadie hacerlo desde los últimos cinco años cuando explotó Doncic. Me impresiona­ron. Me he dado cuenta de que tiene un equipo con talla, talento, experienci­a NBA y Euroliga. Es atlético, está bien entrenado, tienen su propio vestuario... y juegan en casa.

—Para lo bueno y para lo malo…

—Sobre todo, para lo bueno. Si en el minuto 35 llegamos empatados, podría ser distinto…

Finales “Tuvimos personalid­ad y huevos para meterla”

Brown “Ahora es fácil, aquí no se toman decisiones frívolas”

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Sergio Scariolo da indicacion­es a Rudy sobre el juego durante el partido de cuartos ante Finlandia.
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Sergio Scariolo, en el Mercedes-Benz Arena de Berlín.

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