El Madrid resiste y gana

El fútbol es muchas cosas y también es resistir. El lema de Camilo José Cela se le puede muy bien atribuir al Real Madrid de estos días porque viene demostrando una capacidad de resistencia que no está al alcance de cualquier equipo. Desde el inicio de temporada hemos visto que, en la mayoría de las veces, los blancos han ganado los partidos en las segundas partes, cuando pesan las piernas y el orden táctico se debilita.

En ese territorio el equipo de Carlo Ancelotti saca provecho de su frescura y su convicción, como si hubieran llevado a sus víctimas a ese momento sabedores de su maestría para dar entonces el golpe definitivo. Pero para llegar a ese lance muchas veces hay que aguantar malos momentos, en los que el rival te somete, o te golpea, en los que las dudas pueden hacer que te descompongas y que el partido ya se haya evaporado. Diez minutos de desconcierto ante un rival con calidad, como el RB Leipzig o como el Betis, te pueden condenar a una derrota. Momentos de incertidumbre en un ambiente tremendo como el de Celtic Park apabullan a muchos equipos, incapaces de agarrarse al partido en ese cuarto de hora en el que les tiembla todo y pierden lo que tenían en un suspiro.

La resiliencia de este Madrid de Ancelotti es envidiable, agazapado y sufriente cuando toca, preparando el terreno para asestar su golpe letal, seguro de que llegará su momento como una bestia feroz. En ese instante los rivales saben que todo su esfuerzo ha sido en vano y que ya no habrá tiempo de rectificar. La confianza de los jugadores del vestuario madridista es máxima, saben que si resisten, ganan.