Julen Lopetegui y el Sevilla regresan al callejón sin salida
Las mejoras no supuran la herida
El Sevilla y Julen Lopetegui parchearon su continuidad, aunque el guipuzcoano tuviera contrato. Y terminaron encaminados hacia un callejón sin salida. Peor aún, se encuentran en un impasse que refleja un bloqueo o una falta de solución, sin una secuencia duradera de buenos resultados.
El empate en Copenhague enrareció el ambiente en el vuelo de vuelta por el cansancio acumulado, el paso atrás frente a otro adversario mediocre y la reproducción de dudas, como en la previa de Cornellà. El Villarreal es la nueva meta volante, quizá definitiva, en el destino del técnico.
Los modelos para afrontar el futuro en común no congeniaron en la reunión que mantuvieron Monchi y Lopetegui a inicios de junio. Julen reclamaba un cambio radical en el plantel, pero se topó con las trabas de 60 millones de pérdidas acumuladas en los dos últimos años. El sacrificio de Diego Carlos y Koundé estaba cantado. El gasto sería controlado.
No habría revolución con carencias imposibles de ocultar: delanteros poco fiables, escasas energías en la medular y manifestación de veteranos sin impulso para las siguientes reválidas. Lopetegui, sin ofertas interesantes, claudicó. No es cierto que el Sevilla no pudiera haber afrontado su finiquito, tras una despedida con honores.
Asumió lo que había y se encontró con numerosos tropiezos y una destitución redactada. Ya no hay vuelta atrás. El club y el entrenador están atascados. El triunfo ante el Espanyol fue un voleón a ningún lado. Los jugadores están implicados, pero no dan para más con Julen, que exige tiempo para poner en marcha la maquinaria, pero el calendario sigue tensando la cuerda.
Solución El club sí podía asumir un adiós con honores en junio pasado