Italia manda a Inglaterra a la segunda fila europea
La selección de Southgate desciende en la Nations League tras perder en San Siro
MIRKO CALEMME / NÁPOLES
El desastroso papel de Inglaterra en la Nations League acabó de la peor manera: con el descenso. Los de Southgate, que apenas sumaban dos puntos en cuatro encuentros, volvieron a caer en San Siro ante una gran Italia, que a pesar de sus bajas se jugará el pase a la Final Four con la increíble Hungría de Rossi.
La noche arrancó con el estreno futbolístico del himno God Save The King tras 70 años cantando por ‘the Queen’, interpretado por Carly Paoli. La cantante de ópera sorprendió a todos quitándose una capa bajo la que escondía una camiseta azzurra, mientras que Mancini lo hizo estrenando un 3-5-2. Fue una decisión necesaria ante la enorme lista de ausencias (Verratti, Pellegrini, Politano, Tonali, Chiesa, Berardi, Florenzi, Insigne, Locatelli y Spinazzola…), y funcionó. La zaga de tres de los azzurri no le concedió nada a Kane, Foden y Sterling. De hecho, la única oportunidad de una descafeinada primera parte fue un testarazo de Scamacca a pase de Dimarco, bien neutralizado por Pope.
Reanudación.
Un contragolpe armado por Sterling, que llevó a una amarilla para Bonucci, en el arranque de la reanudación hizo pensar en un papel distinto de los three lions. Sin embargo, con el paso de los minutos el guion se pareció cada vez más al de la primera parte. La azzurra se sentía cómoda, aumentó su presión y, finalmente, recogió los frutos con un golazo de Raspadori. El delantero del Nápoles, tras un pase largo de Bonucci, controló maravillosamente el esférico en el corazón del área, encaró a Walker y abrió la lata con una rosca imparable. El tanto despertó por un momento a Inglaterra y a Kane, que le dio por fin trabajo a Donnarumma con dos potentes remates en el 77’, que el guardameta detuvo bien. La reacción duró poco: Italia retomó las riendas, golpeó el poste con Dimarco y rozó el 2-0 con Gabbiadini y Cristante. Victoria merecidísima.
Raspadori El delantero del Nápoles, autor del gol que hunde a los británicos